FMI destaca a Chile entre países menos vulnerables a salida masiva de capital
Metas de inflación, tipo de cambio flexible, regla de balance estructural, y un mercado de capitales libre favorecen al país.
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A medida que las tasas de interés en las grandes economías desarrolladas comiencen a subir, la salida de capitales desde los mercados desarrollados se acelerará, advirtió el Fondo Monetario Internacional ayer en los capítulos analíticos de su Panorama Económico Mundial, la primera parte del reporte que liberará el 8 de octubre. La tendencia recuerda el fenómeno que desató la crisis asiática, en 1997 y 1998. El riesgo, sin embargo, sería ahora mayor, ya que “los flujos de entrada a los mercados emergentes esta vez fueron mayores”.
Por ello, el organismo abordó casos de países que han sido exitosos en evitar la turbulencia que provocan estas masivas salidas de capitales, y destacó el ejemplo de Chile, junto a República Checa y Malasia, como los países menos vulnerables a estos abruptos cambios en la marea de la inversión global.
El ministro de Hacienda de Chile, Felipe Larraín, valoró los comentarios como una señal de respaldo a las políticas económicas. “Me parece un reconocimiento a nuestro país y a la política fiscal que es muy valioso, sobre todo en momentos en los cuales estamos enfrentando una discusión presupuestaria y estamos enfrentando también un periodo eleccionario”, señaló el secretario de Estado.
La fórmula chilena
El reporte concluye que las naciones que han logrado contrarrestar mejor estos movimientos abruptos de capitales son “aquellas que cuentan con un tipo de cambio más flexible, menor inflación, mejor política fiscal contracíclica, mejores instituciones económicas y una cuenta corriente más estable”. Estos son precisamente además los factores que explican la fortaleza de la economía local.
En el caso de Chile, el FMI explica que tras la experiencia de la crisis asiática en los ‘90, el banco central apostó por un sistema de metas inflacionarias, al tiempo que eliminó la mayoría de los controles de capital. El instituto emisor “esperaba que la mayor volatilidad asociada con la libre flotación sirviera como un desincentivo natural a las transacciones de capital de corto plazo” que normalmente provocaban las crisis.
La política fiscal, además, se mejoró con la introducción de la regla de balance estructural, que la hizo más contracíclica.
Otro elemento en la fórmula chilena fue el desarrollo del mercado financiero, que favoreció que los actores del sector buscaran coberturas cambiarias. En este sentido, el FMI destacó que en las economías más sólidas, la mayor parte del ajuste financiero se realiza a través de los flujos privados, más que los oficiales.
“Durante la última crisis, se combinaron múltiples incentivos para alentar a un significativo rebalanceo, los fondos de pensiones repatriaron activos compensando así la reducción en la entrada de flujos externos”.
Como resultado, señaló el organismo, “Chile es ahora mucho más resistente a los shocks globales y volatilidad en los flujos de capital”.
Pese a los avances de países como Chile, el FMI advirtió que América Latina podría sufrir más que otras regiones si las tasas de interés en EEUU aumentan más rápidamente que las condiciones económicas.