Portugal
hizo hoy la última emisión de deuda pública del año, que acabó por
colocar en el mercado a un interés que prácticamente duplica el pagado
hace mes y medio y que se interpretó como un nuevo gesto de desconfianza
de los inversores.
Según los datos facilitados por el
Instituto de Gestión de Tesorería y de Crédito Público (IGCP) luso, el
país emitió bonos con vencimiento a tres meses por valor de US$ 670 millones por los que tendrá que pagar un interés del 3,40%.
Este tipo casi duplica el registrado en la anterior emisión a tres
meses, realizada el pasado 3 de noviembre, cuando se colocaron otros US$ 670 millones a un interés del 1,81%.
La
penalización sobre los bonos lusos subastados hoy es todavía mayor si se
compara con la pagada en la primera emisión del año, realizada el 21 de
abril, y en la que se colocaron US$ 771 millones al 0,47%, siete veces menos que ahora.
Portugal llevó a cabo en
2010 un total de 31 emisiones de bonos del Tesoro, el instrumento
financiero utilizado por el Estado para financiarse a corto plazo, como
máximo un año.
El valor de las colocaciones ascendió en total a US$ 27.401 millones, un 4% más que en el ejercicio anterior.
En el caso de los títulos de deuda pública con vencimiento a un año,
2010 empezó con un interés del 0,92% y acabó en el 5,28%, cinco
veces más.
Los bonos a nueve meses iniciaron el año al
interés del 1,07% y llegaron al 2,68% mientras que los títulos
a seis meses pasaron del 0,59% en enero al 2,04% en
septiembre, fecha de la última emisión de estas características.
Varios analistas de los medios económicos atribuyeron la sostenida
penalización de las emisiones de deuda a la desconfianza de los mercados
sobre la situación financiera de Portugal y las especulaciones de que
pueda seguir la estela de Grecia e Irlanda y recurrir a un rescate
europeo y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con el
propósito de dar confianza a la economía lusa y rebajar el déficit
público -tal y como le pide Bruselas-, el Ejecutivo luso ha aprobado
fuertes medidas de ajuste a lo largo de este año, entre ellas reducción
de salarios de los funcionarios, aumento de las cargas impositivas y
recortes en la inversión y los gastos públicos.
Tras la
subasta de bonos a tres meses de hoy, el interés sobre la deuda soberana
lusa a diez años -indicador habitual de la confianza sobre la economía
nacional- volvió a subir con fuerza hasta el 6,45%, aunque
todavía está lejos del 7% registrado en noviembre.
También se vio afectada negativamente la bolsa lisboeta, cuyo principal
selectivo, el PSI-20 perdía un 0,95% a las 13.00 horas GMT,
con una caída de 75 puntos básicos respecto a la apertura de la sesión.