Argentina comienza a dejar atrás quince años de letargo económico, periodo en el que sus fronteras estuvieron cerradas para los inversionistas extranjeros bajo fuertes restricciones financieras que precisamente ha intentado modificar la administración de Mauricio Macri, en funciones desde fines de 2015.
Dentro de estas barreras se encontraba el famoso cepo que había sobre el dólar, lo que se sumaba a que existían múltiples tipos cambiarios, que, por ejemplo, hacían que las empresas exportadoras se vieran obligadas a liquidar sus activos de acuerdo a la tasa oficial, que era hasta un 60% menor a la cotización que existía en el mercado paralelo. Prácticamente no había instrumentos de inversión disponibles y el país aún se encontraba en default.
El 2016 fue un año de fuertes ajustes y los resultados de la nueva política fiscal comienzan a dar sus primeros frutos. Esto se puede ver reflejado en el crecimiento de los montos transados en la bolsa local: si hace un año era de un promedio diario de US$ 6 millones, hoy alcanza los US$ 20 millones, monto que aún sigue siendo bajo en comparación con los del resto de los países de la región, donde promedian unos US$ 40 millones.
Los títulos que han impulsado al indicador local pertenecen casi en exclusiva a empresas de electricidad y gas, salvo San Miguel, principal productora de limones del mundo. La razón de esto, explican Mariano Quihillaborda y Luis Godoy, asesores argentinos de Visión, son las regulaciones impuestas por el gobierno anterior a este tipo de empresas, lo que las limitaba a solamente operar, prácticamente sin generar utilidades y sin expectativas de nuevas inversiones. A raíz de esto último, el gobierno ha implementado un sinceramiento de los precios de la energía, los cuales contaban con grandes subsidios por parte del Estado, lo que ha hecho que las compañías cobren valor y suban su cotización.
Pero también, al ser un sector olvidado en la última década, los expertos apuntan a que se ha vuelto una prioridad en la agenda del presidente Macri, ya que es necesario reactivar el rubro energético para pasar a los demás sectores productivos. Un ejemplo de la precariedad argentina es que si comparamos la producción energética con la chilena, ambas son cercanas a los 20 mil MW, pero ellos tienen más del doble de habitantes.
Expectativas para invertir
La reactivación de la economía argentina ha abierto el apetito de los inversionistas, tanto así que un reciente informe de Morgan Stanley proyectó un crecimiento de 250% del Merval a cinco años.
Prueba de estas expectativas es que Vision Advisors AGF decidió crear el fondo Aconcagua, el cual invierte activos chilenos de forma directa en renta fija y variable argentina, resultando ser un éxito desde su debut en septiembre de 2015, periodo en el que acumula una rentabilidad de 34,6% en pesos chilenos al 15 de enero de este año.
En este instrumento - con un 60% de papeles energéticos- ha generado interés en family offices e institucionales locales, y se espera que al cierre de este año acumule más de US$ 15 millones, lo que más que triplicaría su valor actual.
Mariano Quihillaborda y Luis Godoy, de corredora Benedit: "La confianza que existe hacia adelante es aún más positiva"
Si bien el manejo económico de sus autoridades en el último tiempo le significó a Argentina estar fuera del concierto global, según Mariano Quihillaborda y Luis Godoy -economistas de la corredora trasandina Benedit-, el escenario actual puede ser visto como una gran oportunidad para los inversionistas, tanto locales como extranjeros.
- ¿Son una amenaza para este resurgimiento los vaivenes de la economía global?
- Hay poca repercusión, la economía ha estado bastante estable porque al no haber fondos extranjeros, no ha habido esas salidas de flujo que sí se vieron en los mercados emergentes. Al no tener acceso a los mercados internacionales, el kirchnerisno redujo la deuda sobre el producto y Macri se encontró con uno de los ratios de deuda más bajos del mundo, lo que hoy permite conseguir financiamiento muy fácil, las emisiones argentinas muestran demandas de cinco y seis veces sobre la oferta.
- ¿Y factores de riesgo local? Este año son las elecciones de medio tiempo.
- En estas elecciones el gobierno no se juega muchas bancas, renueva sólo once diputados y tres senadores, porque los escaños que están en disputada son los de la elección de 2013, donde el PRO (partido gobernante) no participó activamente, por lo cual no existe mucho riesgo. De hecho, sólo con tener una elección normal, del 30% de los votos lograría 7 nuevos diputados, que podría llegar a ser 12.
- Macri ha resistido a su primer año y mantiene altas tasas de popularidad.
- La imagen positiva del presidente sigue siendo superior al 50%, a pesar de la subida de precios y de que fue un año muy duro para el gobierno y para la gente, porque se aplicaron ajustes importantes en servicios básicos y los sueldos crecieron menos que la inflación. A pesar de esto la confianza que existe hacia adelante es aún más positiva, en las encuestas el 60% de los argentinos espera que este año sea mejor.
