Por Paula Gallardo
Consenso hay entre los expertos respecto de la decisión que este mes deberá tomar el Banco Central sobre la tasa de interés y que apunta a una nueva pausa en las alzas del tipo rector, hoy en 5,25%.
Es que la incertidumbre internacional provocado por el riesgo de default de Estados Unidos más el impacto en Europa de la crisis provocada por la deuda griega, dieron un inesperado apoyo al instituto emisor, disminuyendo las presiones inflacionarias que existían a principios de año -reflejadas en combustibles y alimentos- y además, manteniendo a la baja la cotización del dólar.
La percepción de lo que viene tampoco es auspiciosa: mientras sigue sin haber acuerdo entre demócratas y republicanos sobre el destino de la deuda norteamericana, el viernes se dio a conocer la corrección a la baja para el PIB de ese país desde 1,9% a 0,4%, correspondiente al primer trimestre de 2011.
Bajo esa lógica, advierte el economista jefe de BanChile, Rodrigo Aravena, “la gran pregunta que el Central deberá responder en los próximos meses es si es necesario seguir aumentando la tasa de interés. Y es difícil argumentar el llevar la tasa a 5,5%, lo que dependerá claramente del escenario local y de la incertidumbre externa”.
De esta manera, la TPM debiera transitar “entre la neutralidad y la expansión”, sostiene, incorporando en el análisis la debilidad del PIB de Estados Unidos y a que anticipa que el próximo Imacec podría reflejar una contracción en términos desestacionalizados.
Una opinión que comparte el economista jefe de BICE Inversiones, Cristóbal Doberti, quien agrega que las cifras macroeconómicas en la economía local también están incidiendo en las potenciales pausas que decida el Banco Central.
“Los indicadores de actividad sectorial correspondientes a junio, si bien develaron un saludable desempeño de la economía nacional, evidenciaron también que ésta efectivamente estaría comenzando a moderar su ritmo de avance hacia su tendencia”, señala.
Con todo, Doberti rescata que en la minuta de la última reunión del Consejo del Banco Central en julio, “devela la necesidad de continuar reduciendo el estímulo monetario en los próximos meses, en vista de los riesgos alcistas en materia de inflación derivados del cierre de holguras de capacidad y la no despreciable probabilidad de que finalmente la demanda interna no modere su ritmo de avances en los próximos trimestres”.
Así, prevé que el Central debiera decidir al menos dos alzas más de la tasa de interés hasta antes de fin de año.
Inflación: ¿tarea cumplida?
Según el análisis de BCI, hasta ahora los efectos de segunda vuelta debido a las alzas de alimentos y combustibles en la primera parte del año han sido acotados.
De hecho, el Central logró anclar las expectativas -que en algún momento superaron el 4% en el largo plazo-, volviendo a situarse en el rango meta del instituto emisor.
En ese sentido, tanto Cristóbal Doberti como Rodrigo Aravena señalan que el Banco Central “cumplió su tarea”.
“En términos de control inflacionario, la tarea está cumplida, y va a converger lentamente al 3%”, sostiene el economista jefe de BICE Inversiones.
Factores de riesgo
Las expectativas de BCI para la inflación apuntan a un IPC de 0,1% y para agosto entre 0,2% y 0,4%. Asimismo, advierten que aún quedan importantes factores de riesgo que eventualmente podrían cambiar el panorama.
Entre ellos, BCI menciona precisamente los shock de eventuales alzas en los precios de alimentos y combustibles y sus efectos de segunda vuelta, el impacto de las heladas invernales actuales y la sequía del primer semestre, así como también las tarifas eléctricas.