Columnistas

Nairobi: Es de esperar que sea de verdad

Álvaro Jana Abogado y Ex director general de Direcon Chile

Por: | Publicado: Lunes 28 de diciembre de 2015 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Pocos días atrás, específicamente el 19 de diciembre, concluyó en Nairobi, Kenia, la X Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio. La Conferencia Ministerial es la instancia de mayor jerarquía en la estructura organizacional de la OMC a tal punto que ella es la fuente de todas las normas, acuerdos y regulaciones que forman parte del sistema multilateral de comercio.

Podría decirse que en esta Conferencia ha ocurrido un hecho histórico para el comercio mundial. Los miembros de la OMC aprobaron un paquete de acuerdos llamado el Paquete de Nairobi que entre otros asuntos incluye compromisos vinculantes para la eliminación de las subvenciones a las exportaciones de productos agrícolas.

Histórico porque sin exagerar, el objetivo de regular, mitigar y esperablemente eliminar las diferentes medidas y políticas gubernamentales que generan distorsiones en la agricultura, ha sido un anhelo y preocupación que desde siempre ha jugado un rol central en el surgimiento y evolución de la institucionalidad ligada al comercio mundial.

El problema de las subvenciones al comercio agrícola, en términos comerciales, no radica en el apoyo financiero en sí mismo. Radica básicamente en las enormes diferencias de solvencia económica que existen entre los países en términos de la capacidad de unos y otros de inyectar más o menos recursos en apoyo de su agricultura. Por lo mismo, este tipo de subvenciones y sus efectos restrictivos y de distorsión en el comercio internacional ha sido especial preocupación no de los países desarrollados sino que de los países en desarrollo y menos adelantados.

La decisión adoptada en Nairobi por los miembros de la OMC establece un compromiso vinculante por el cual los países desarrollados deberán remover sus subvenciones a la exportación de productos agrícolas de manera inmediata. En el caso de los países en desarrollo deberán hacerlo al año 2018 preservando ciertas flexibilidades para seguir dando apoyos a los costos de comercialización y transporte de sus exportaciones agrícolas hasta fines del 2023. Los países más pobres y aquellos que son importadores de alimentos tendrán más tiempo para ir reduciendo y eliminando sus subvenciones a las exportaciones agrícolas.

Es de esperar que esta decisión y su cumplimiento efectivo sean de verdad.

Hasta ahora, todos los intentos de la OMC por eliminar este tipo de subvenciones han fracasado. Las disputas comerciales entre países desarrollados y en desarrollo por graves incumplimientos a los compromisos asumidos en materia de subvenciones agrícolas son fiel muestra de ello. La imposibilidad de haberse llevado a cabo la llamada Agenda de Doha para el Desarrollo a pesar de años de negociación da cuenta de lo mismo.

Si se logra, más que bienvenido, particularmente para países como Chile en que la agricultura y la agroindustria tienen un papel preponderante en nuestro desarrollo económico. Además, no le vendría nada mal a la OMC recuperar el protagonismo que se merece y que alguna vez tuvo como motor fundamental para la liberación del comercio mundial.

Lo más leído