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Cofundador de Sirve detalla los nuevos pasos de la firma para entregar proyectos con protección antisísmica completa

Este año sumaron un “sello de resiliencia” ante terremotos y en 2020 debuta un nuevo aislador antisísmico de bajo costo para vivienda social.

Por: | Publicado: Lunes 18 de noviembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Juan Carlos de la Llera
Juan Carlos de la Llera

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El terremoto de 2010 marcó la historia de Sirve, uno de los primeros spin-off de la Universidad Católica (UC), cofundado en 2003 por los ingenieros civiles, Juan Carlos de la Llera y Carl Lüders. Sus tecnologías de aislamiento sísmico y disipadores de energía se estaban probando en 13 grandes proyectos del país, entre ellos, la Torre Titanium y el Hospital Militar.

“El terremoto pasó justo en la zona de Chile donde estaban estas estructuras, desde el muelle Coronel, por ejemplo, hasta la Torre Titanium en Santiago, lo que generó una validación muy grande de las distintas tecnologías. Incluso la BBC publicó un reportaje sobre el tema”, comenta Juan Carlos de la Llera, decano de la Facultad de Ingeniería de la UC.

Tras el evento, vino un desarrollo acelerado y la expansión internacional. Hoy la firma tiene nueve patentes en distintos dispositivos, de aislamiento antisísmico y de disipación de energía, y más de 100 proyectos en Chile, Colombia, Perú y Nueva Zelanda.

“Entre ellos, hospitales en Antofagasta, El Salvador, el Marga Marga, obras significativas donde hemos incorporado protección sísmica y en algunos casos hemos hecho la ingeniería con la protección incluida. Por ejemplo, en el hospital Félix Bulnes combinamos aislación sísmica con disipación de energía”, comenta el decano.

De la Llera señala que la tecnología abarca en general el problema de los efectos de las vibraciones mecánicas en las estructuras, donde una fuente normal son los terremotos. No obstante, también se puede aplicar a las vibraciones de todo tipo, por ejemplo, a las de una línea de metro. “Aplicamos la tecnología a un edificio en Nueva Zelanda e hicimos un trabajo con la Línea 7 de Metro (Santiago)”, dice.

Nueva unidad de negocio

Sirve está incorporando una nueva área para entregar proyectos con “sello de resiliencia”, una certificación para edificios que otorga la organización estadounidense U.S. Resiliency Council (USRC), y que Sirve tramitará. Este sello, en el caso de terremotos, da una garantía de cuál va a ser el comportamiento de una construcción en términos de continuidad operativa, daño y seguridad de las personas que están en su interior.

“Esta nueva unidad de negocio busca entregar proyectos de principio a fin, desde el diseño óptimo para la protección sísmica, con reducción de costos de la estructura, pero que tenga un nivel de seguridad tal, que permita obtener un alto estándar en los sellos. La idea es recorrer el camino completo de la cadena de valor”, comenta.

Tras cinco meses de tramitación, lograron certificar al primer proyecto en Chile, Edificio Mirador Sur II, dos edificios de 30 metros en Antofagasta. “Son los dos más altos aislados sísmicamente en Latinoamérica y que lograron el sello más alto que podían obtener. Esto puede ser un cambio radical para muchas estructuras en Chile”, afirma de la Llera.

Aislamiento de bajo costo

El decano comenta que Sirve es una empresa que se hizo desde cero reinvirtiendo todas las utilidades. Hoy, la propiedad está distribuida entre los socios fundadores (52,5%), Fondo Copec-UC (30%); Dictuc (17,5%) y un stock option de 15%. Y genera ingresos por unos

$ 4.000 millones al año, y reinvierte casi la totalidad en proyectos de Investigación y Desarrollo (I+D).

Adelanta que están ad portas de disponibilizar un par de productos para edificación. El primero es un sistema de aislamiento sísmico que tendrá una versión de bajo costo para vivienda social. Ya pasaron la fase de experimentación y prototipo y están optimizando el producto para comercializarlo en 2020.

También están trabajando en tabiquería anticipativa, “son tabiques con disipación de energía que en lugar de dañarse durante un terremoto, se usan para disipar energía. Pueden ser de muy fácil uso para viviendas en general, menos intrusivo que otros tipos de disipadores”, explica de la Llera.

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