“En Chile seguimos siendo muy legalistas, y si algo no está en la ley, se cree que está permitido. Entonces es importante fomentar esa cultura ética, donde el compliance no exista porque sí, sino porque efectivamente se cree en él”. Con esa convicción Susana Sierra no solo ha logrado expandir su firma de certificación de probidad en el país, sino en toda la región.

Crear esa cultura no es fácil y, a su juicio, hay mucho camino por recorrer sobre todo en un momento de alta desconfianza en las instituciones y donde falta crear conciencia en la ciudadanía de la importancia de pedir rendición de cuentas a las autoridades y empresas. De ahí que cobra valor la entrega de información de forma simple y entendible.
En ese sentido, destaca el lanzamiento que realizaron de una herramienta basada en blockchain que busca dar mayor transparencia, trazabilidad y resguardo de la integridad de la data generada por las empresas.


- Sierra dice que a nivel nacional no existen muchos indicadores que midan cumplimiento, transparencia o combate de la corrupción. Destaca el trabajo de Chile Transparente, a través de TRAC-Chile, “con la que evalúan los niveles de publicación de información de empresas multinacionales chilenas justamente sobre sus políticas anticorrupción o estructura organizacional”.
- Advierte que hay que poner especial atención a la Norma 461 de la CMF (que deroga la NGC385), ya que las empresas deberán reportar su información en materia ESG (criterios ambientales, sociales y de gobernanza), y en lo que ya están trabajando para declarar en sus memorias anuales.
- Incluso adelanta una “primicia”. “Recientemente lanzamos un índice llamado G-Metrix, para medir la G de Gobernanza de los criterios ESG, porque vimos la necesidad de que existiera una métrica que demostrara resultados en un tema que puede resultar más abstracto”.