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Jaime Bellolio: “El cierre del tema constitucional da certezas necesarias para las inversiones de mediano y largo plazo”

El ex vocero de Sebastián Piñera reflexiona que “en el corto plazo puede servir decir que se está en desacuerdo con un nuevo pacto social, una nueva Constitución; pero en el mediano y largo plazo no hay ninguna duda que resolver el problema constitucional es lo que da la verdadera estabilidad.

Por: Claudia Rivas A. | Publicado: Viernes 27 de enero de 2023 a las 10:26 hrs.
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Desde abril de 2022, el exministro vocero en la segunda administración del expresidente Sebastián Piñera y exdiputado de la UDI Jaime Bellolio (42) dirige el Observatorio Territorial del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello (UNAB) y, aunque asegura que no tiene intención de participar en los eventos políticos relacionados al nuevo proceso constituyente, sí lo defiende y sigue con atención el proceso.

El ingeniero comercial de la Pontificia Universidad Católica conversó con Diario Financiero sobre este tema y lo positivo que será para la economía y el país cerrar este ciclo, pues está convencido de que hay que tener  “reglas aceptadas y aceptables” para resolver los conflictos.

-Algunos sectores de izquierda estiman que el nuevo proceso constituyente tiene un excesivo tutelaje. A su juicio, ¿este resguardo facilita que el resultado sea aprobado por la ciudadanía?

-Partiría diciendo que celebro que se haya llegado a ese acuerdo y entiendo que hoy las personas, en general, están con una proyección de futuro corta, es decir, viven en el presente, como si se repitiera el presente de manera permanente y, por lo mismo, los problemas de la vida cotidiana son los que más los afectan. Y entre ellos, por supuesto que no está el tema constitucional, sino los temas de seguridad o seguridades en general, porque no solo es la delincuencia; también la necesidad de poder planificarse hacia adelante.

-Y el tema económico también ¿no?

-Claro, también generan mucha incertidumbre y, particularmente el trabajo, que es la mejor herramienta para disminuir esa incertidumbre económica; el costo de la vida, por supuesto, y la salud.

 -Si admite que la nueva Constitución no está entre las prioridades de los chilenos, ¿por qué era necesario el Acuerdo por Chile?

-Porque si bien hay que dedicarse a lo urgente, qué ocurre si es que mañana tenemos otro conflicto, ¿cómo lo queremos resolver? Con reglas que ya son aceptadas y aceptables o con reglas que todavía están en discusión.

-¿Cuándo habla de un eventual otro conflicto imagina un nuevo estallido social?

-Creo que no es posible que haya un nuevo estallido social como el que vivimos antes, precisamente porque ya vivimos uno y sus consecuencias fueron devastadoras para muchas personas. Sin embargo, sí puede haber conflictos que se generan a partir de problemas económicos, de seguridad, de la convivencia que se genera entre las personas, todo eso hace que se genere una caldera que va hirviendo cada vez más más con distintos productos y sabores… Entonces, el canalizar esos descontentos o esos problemas de futuro, que desconocemos cuales son, a través de la política es esencial, eso es lo que le da estabilidad a un país, que haya mecanismos institucionales a través de los cuales se puedan resolver los problemas de hoy.

-¿Eso es lo que explica el nuevo proceso?

-Creo que eso explica el nuevo proceso y la posibilidad de generar ese acuerdo en reglas aceptadas y aceptables. Y lo que explica que sea más resguardado es que el proceso anterior tuvo excesos por parte de extrema izquierda, que pensó que era la única depositaria de la voluntad popular y que esta era la de la refundación del país. Y, bueno, el resultado del plebiscito demostró que a nadie le faltaba más calle que a esos radicales de izquierda que creían ser los únicos poseedores de la verdad revelada. Que sea más acotado da más certezas y más posibilidades del éxito, porque las discusiones se puedan concentrar dentro de esos márgenes y quizás en una que es esencial, no solamente en el catálogo de derechos sociales, sino que cómo se reparte el poder de manera que esos derechos sociales puedan ser realidad.

-¿Y cómo se hace eso?

-Me da la impresión que con los 12 bordes y el trabajo de los expertos, la deliberación que tiene que hacer el Consejo Constitucional va a ser más sencilla por su número y también por el clima que se está viviendo. Eso no lo veo como un problema, sino más bien como lo contrario, al que  favorece la cooperación.

“Hoy día hay una mayor fuerza y expectativas porque se generen acuerdos”

-Mucho se ha habla de la manera como la izquierda más extrema enfrentó el primer proceso constituyente; pero ahora hay una extrema derecha que ha tratado de impedirlo, generando un ambiente contrario al proceso, ¿cuánto afecta eso?

-Afecta. En el proceso anterior los únicos dos grupos que formalmente votaron en contra del acuerdo del 15 de noviembre fue el Partido Republicano, que tenía un diputado; el Partido Comunista completo y una parte del Frente Amplio. Y la tesis del PC en ese momento era, obviamente, echar abajo un gobierno democráticamente elegido y ponerle más presión para estresar el sistema –como le llamaban ellos- de forma que se generara una Asamblea Popular. Y lo que ocurre hoy día es que quienes argumentan algo similar, es decir, que dicen que hay que estresar este nuevo proceso para que resulte mejor, diciendo que están en contra para luego estar adentro y desde allí, no sé si la lógica va a ser ponerle cortapisas, pero sí estresar el proceso –como dicen ellos mismos-  no es muy distinto a lo que decía antes el Partido Comunista.

-¿Esa es ahora la postura del Partido Republicano?

-Exacto. Eso lo dicen hoy día personas del Partido Republicano. Entonces, siguen una estrategia similar a la que en el pasado tuvo el Partido Comunista, pero que resultó en un fracaso. Yo veo que hoy día hay una mayor fuerza y expectativas porque se generen acuerdos. No que no hayan discusiones, por supuesto habrá discusiones y habrá personas con distintas posiciones, pero que se generen acuerdos para cerrar el ciclo de la discusión constitucional, porque ha significado mucha incertidumbre por mucho y parte de la ciudadanía quiere que la política se ponga de acuerdo en estas cosas para seguir discutiendo luego otras y dar vuelta la página. En el corto plazo puede servir decir que se está en desacuerdo con un nuevo pacto social, una nueva Constitución; pero en el mediano y largo plazo no hay ninguna duda que resolver el problema constitucional es lo que da la verdadera estabilidad. En este sentido no hay unidad de propósitos entre Chile Vamos y el Partido Republicano.

-¿Qué expectativas en materia económica le genera que el proceso constituyente se cierre bien?

-Aquí, en el Instituto de Políticas Públicas, me correspondió hacer un estudio bien interesante que es un seguimiento antropológico de familias de clase media y de ahí sale esta idea que te comentaba que los chilenos ven que hay futuro y se proyectan en un plazo muy breve, tres o cuatro meses no más; y, por tanto, si es tan breve, las decisiones económicas y otras, son también en la línea de la inmediatez, lo que hoy resuelve el problema que se está viviendo, porque mañana es un futuro borroso. Eso se traspasa a la política, que también está muy enfocada hacia lo inmediato –de ahí la lógica de los retiros- y existe poca idea de cooperación, porque si lo único que vale es hoy y no hay mañana, entonces, se prefiere el conflicto a la cooperación.

-¿De qué sirve una Constitución en esta lógica?

-En que amplía el plazo, es decir, levanta la mirada hacia más años plazo y eso es algo que es fundamental para la economía, porque las inversiones sobre todo no son a tres meses plazo, las inversiones que producen más empleos, las que producen la generación de otras inversiones y economía creativa y etcétera, son inversiones que tiene un plazo de cinco a 10 años. Entonces, el que hayan reglas que sean aceptadas y aceptables da certezas sobre las mismas y el que hayan instituciones que permitan encausar los problemas da la certeza de que el plazo de proyección, para la economía y también para las personas, es más amplio que solo lo inmediato. Por eso, yo díría que el cierre del tema constitucional da certezas que son necesarias para las inversiones de mediano y largo plazo.

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