En los años ‘70, un economista de Bangladesh demostró que una pequeña suma de dinero podía cambiar vidas. En un pueblo llamado Jobra, Muhammad Yunus conoció a una mujer que hacía sillas de bambú. Ganaba muy poco porque debía comprar la materia prima a prestamistas que la explotaban. Yunus se dio cuenta de que con apenas US$ 27 podía liberar a 42 personas de esa trampa.
Fundó Grameen Bank y revolucionó el sistema bancario, dándole acceso a microcréditos a desbancarizados. Esa innovación lo llevó a ganar el premio Nobel de la Paz en 2006.
Casi medio siglo después, ese mismo espíritu inspira a dos ex Platanus Ventures: Ramón Echeverría, uno de los primeros ingenieros de la aceleradora, y Roger Rea, mexicano que ayudó a abrir sus operaciones en México.
YCombinator y US$ 20 millones
A los 19 años, Rea trabajó como analista en un hedge fund mexicano. Ahí conoció una startup canadiense de buy now, pay later. Invirtieron en ella y les fue bien. “Ahí nació la curiosidad de por qué no existía algo así en México”, recuerda.
Dos años después fundó Atrato, una fintech con el mismo modelo. Postuló a la primera generación de Platanus Ventures, no quedó, pero sí entró a Y Combinator. Levantó US$ 20 millones con Accel, fondo histórico de Facebook, entre otros inversionistas.
En 2022 dejó la compañía, principalmente, dice, porque “me tocó la ola de la burbuja de las startups, donde había muchísimo capital. La industria en la que estábamos estaba híper competida. Entonces llegó un punto en el que nuestros competidores levantaron muchísimo capital. Y a nosotros, como es un negocio que está conducido por el capital, se nos complicó”, asegura.
Habló con sus socios y planteó la posibilidad de vender la empresa, “pero ellos querían seguir operando. Yo ya no estaba en ese punto de motivación, estaba súper agotado de haber escalado la startup”, dice. Se hizo a un costado.
Partner de Platanus Ventures
Su salida coincidió con que Platanus Ventures -inversionistas de Toku, Fintoc, Examedi entre otros- buscaba expandirse en México. Rea ayudó en esto, asumió un cargo a medio tiempo y le tocó analizar más de 30 inversiones, además de mentorear a emprendedores.
Pero lo más valioso para él no fue eso. En el camino conoció a un desarrollador de Platanus, Ramón Echeverría. Ingeniero civil de 25 años, aprendió a programar en el colegio pero lo dejó de lado porque se obsesionó con tener puntaje nacional en Matemáticas. Cuando lo logró, siguió ese camino, se matriculó en la Universidad Católica y por un grupo de Telegram conoció a Platanus, en ese entonces una fábrica de software.
Entró como practicante -tras ser rechazado una vez- y se hizo muy cercano a Andrés Matte, uno de los fundadores de PV (hoy CEO de Kapso). Estando ahí, “viendo todas las startups y conociendo gente tan buena me dio ganas de en algún momento hacer algo propio”, dice Echeverría. Ahí conoció a Rea.
En junio de 2023 el mexicano estaba empezando a tirar líneas en una nueva idea. Quería comprar empresas en Latinoamérica y transformarlas con inteligencia artificial para escalarlas, sumó a Echeverría al equipo. “Lo intentamos por cuatro meses, levantamos US$ 500 mil y al poco tiempo nos dimos cuenta de que en realidad nuestros talentos como fundadores no se estaban aprovechando”, cuenta Rea.
Nace Grupalia
Pivotearon. En su startup anterior Rea había conocido de cerca el problema de los préstamos personales y pensó que sería una buena idea probar suerte en esa área. Lo primero que hicieron fue salir a terreno, Ramón estaba en México y los dos nuevos socios partieron a la comunidad de Texcoco a encuestar a sus habitantes. Se dieron cuenta de que había una necesidad.
Lo primero que pensaron cuando conocieron esa realidad fue en los créditos grupales, que aunque ya existían, aseguran que es una industria que sigue atorada en burocracia y trámites offline. Así, crearon Groupalia, una fintech de microcréditos de este tipo.
Apuntan a personas sin acceso a la banca y que tienen negocios informales que facturan entre US$ 500 y US$ 1.000 mensuales. El 90% son clientas mujeres. Explica el CEO que este tipo de créditos existe porque “muchos de ellos no tienen para ofrecer una garantía. Entonces, de lo que Yunus en su momento se dio cuenta es que estas personas sí tenían un activo muy valioso que es el capital social de su comunidad, y eso lo puedes utilizar como un colateral para poder obtener un crédito. Entonces en el crédito grupal todos son avales de todos en el grupo, por lo que si alguien no puede pagar, las demás personas tienen que cooperar para pagar la cuota de esa persona”.
Diseñaron un producto bastante análogo y fracasaron en sus primeras ocasiones, muchas de las personas que accedían a estos productos financieros apenas sabían usar internet. Cuando crearon la aplicación y se dieron cuenta de que necesitaban líderes comunitarios que vayan a terreno el negocio empezó a crecer. En diciembre de 2023 entregaron su primer crédito y ya tienen 10 mil clientes activos, han otorgado 18 mil créditos -porque muchas de las clientas se han repetido-, lo que corresponde a US$ 7,5 millones en total. Su NPL (préstamos morosos), que es de créditos vencidos más de 90 días es del 3,6%, aseguran. Sus créditos son de muy corto plazo, generalmente a 16 semanas y la tasa anualizada es de 110%, “pero al ser de corto plazo en realidad termina siendo una tasa del 19% efectiva en el plazo de 16 semanas”, acota el mexicano. En su equipo trabajan 50 personas.
Ronda de US$4,8 millones
A finales del año pasado, cuando el negocio estaba creciendo un 30% mensual empezaron a levantar capital. Los primeros en confiar en ellos fueron sus ex empleadores, Platanus Ventures, y también sumaron a inversionistas ángeles como Agustín Feuerhake (Fintual), Ian Lee (fundador de Examedi y hoy en Dropout), Sebastián Kreis (Xepelin), Antonia Rojas (Attom) y a fondos como Semilla Ventures, Addem Capital, Innogen Capital y Capem.
La ronda fue de US$ 4,8 millones, US$ 1,2 millones en equity y el resto en deuda.
Con este capital buscan seguir creciendo y también pretenden comprar una licencia Sofipo (Sociedades Financieras Populares), “que es como un banco chiquito”, explica Rea para poder empezar a captar depósitos.