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Publicado: Martes 25 de octubre de 2016 a las 04:00 hrs.
La gran noticia de las elecciones fue la derrota de la Nueva Mayoría.
La abstención de 65% es un fenómeno que hay que mirar, y que los perdedores de la jornada han tratado de resaltar, pero la verdad es que la esperábamos; especialmente después de la semana negra en que se develó la magnitud del error en el padrón electoral y el chapucero intento de arreglarlo por parte del equipo político de La Moneda. Habrá que ocuparse de ese tema, a mi juicio con dos consideraciones: una, se debe facilitar la votación y las modernizaciones como el voto electrónico parecen urgentes; y dos, la abstención es una forma legítima de ejercer el derecho a voto. No hay que hacer moralina con ella.
Lo que nadie esperaba es la magnitud de la derrota de la Nueva Mayoría y por tanto del gobierno, porque lo que se rechazó es el gobierno de Michelle Bachelet y su intento de transformar radicalmente a Chile. Como contraparte, hay un triunfo de Chile Vamos, que hay que tomar con calma, pero no desconocer o minimizar. Lo que nos indica esta votación es que de alguna forma la ciudadanía que fue a votar les está dando la posibilidad a los candidatos de ese pacto para que gobiernen las comunas más importantes del país, especialmente en la Región Metropolitana. El simbolismo de esta decisión es que, dentro de las reglas del juego de la democracia, donde se encuentra la alternancia en el poder, esa es una alternativa muy posible para la próxima elección presidencial.
En eso quiero destacar que Chile Vamos, como coalición, lo hizo mejor que la Nueva Mayoría. Así como en la elección pasada la Alianza perdió muchas comunas (Recoleta y La Reina por ejemplo) por llevar más de un candidato, acá pasó al revés.
Otro fenómeno que se demostró es que los alcaldes incumbentes son desafiables y que también lo son las dos grandes coaliciones. En algunos casos, quizás Valparaíso es el más emblemático, los alcaldes de los bloques más tradicionales perdieron en manos de un independiente porque se enfrentaron a mejores candidatos y campañas. La ocurrencia de estos casos se ve favorecida por el voto voluntario, que permite movilizar a grupos de personas que habitualmente no votan. Habrá que observar qué significa el fenómeno de Sharp en Valparaíso y la proyección de la buena votación de Evópoli, que fue el más exitoso de los partidos nuevos superando por ejemplo a Revolución Democrática.
También es necesario destacar el caso de Santiago, donde Felipe Alessandri hizo una campaña cuesta arriba, primero en lo interno y luego enfrentando a Carolina Tohá, una poderosa candidata de la Nueva Mayoría. Alessandri ganó dejando harta suela de los zapatos en la calle y haciendo una buena campaña.
En cuanto a las consecuencias políticas de la elección, nadie discute que Sebastián Piñera quedó muy bien perfilado para la presidencial. Tomó riesgos, apoyando públicamente a Alessandri, por ejemplo, y ahora recoge los frutos. Fue el único rostro que acompañó a los candidatos de Chile Vamos.
Y respecto a la Nueva Mayoría, tengo que reconocer que me sorprendió la presencia de Ricardo Lagos en el comando de Tohá. Lagos fue al escenario de la derrota y fue su imagen, así como Piñera fue el rostro de la victoria. Desde el punto de vista del objetivo de ser candidato de la centro izquierda, es una movida audaz, pero no me parece que esté definitivamente fuera de lugar; porque lo que la centro izquierda necesitaba el domingo era alguien que diera la cara, que contuviera. Ante la ausencia del Gobierno, esa figura fue Lagos y eso le puede acarrear apoyos internos.
Alejandro Guillier, en cambio, no fue relevante. Es senador por la Región de Antofagasta y en las dos principales ciudades, Calama y Antofagasta, perdió frente a candidatos de centro derecha. Muchos dicen que Lagos no tiene apoyo suficiente en la Nueva Mayoría. ¿Pero si no es Lagos, quién puede ser candidato?
Lo que queda menos claro, es qué pasará con el centro político. La claudicación de la DC frente a Bachelet fue castigada en su votación y hay que ver quién va a ocupar ese espacio en las próximas elecciones.