por C. Betancourt /m.Helguero / M.Sánchez
El “fin del lucro” ha sido una de las más fuertes demandas de las movilizaciones estudiantiles e incluso fue considerado entre los anuncios en materia de educación superior del presidente Sebastián Piñera, el martes pasado. No obstante, se cuestionó que haya llamado a todas las instancias involucradas “sólo” a debatir sobre el tema, sin hacer una propuesta concreta. El flanco ya está abierto y tanto representantes de las universidades privadas como públicas argumentan, con ley en mano, que las casas de estudios de educación superior son sin fines de lucro.
Por tanto, unos prefieren hablar de ganancias o excedentes y otros, derechamente, hablan de “lucro legítimo” y de lo inadecuado que resulta demonizar el término.
En este escenario cabe preguntarse: ¿Es el lucro el verdadero problema de la educación superior?. Mientras la respuesta llega de la mano del debate, ya está el fuego cruzado entre estatales-tradicionales y privadas, quienes se acusan mutuamente de lucrar con el sistema. Incluso la discusión ha llegado a tal punto que ya circulan en las redes sociales, listados de las universidades con y sin fines de lucro.
Entrando de lleno al debate, el rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, afirma que existe “confusión” respecto del concepto de lucro y explica que éste “se define no por excedentes que se reinviertan en instituciones, sino que por salidas de fondos de capital, de recursos financieros hacia el bolsillo de los dueños”.
Pero en la discusión se han incorporado otros elementos, como el cuestionamiento a los establecimientos de educación superior, quienes destinarían sus utilidades para otros fines que no son la propia institución educacional.
En este marco, la máxima autoridad de la Universidad Católica (UC), enfrenta los dardos que hoy apuntan a su casa de estudios y categórico dice: “Es absolutamente falso” que el Hospital Clínico de la UC y el Dictuc entren en esta categoría. El Dictuc es una empresa, que pertenece a la UC y su rubro es la tecnología e ingeniería. Sánchez admite que los servicios que presta dicha institución “tienen un cobro que genera excedentes”, pero recalca que “estos se reinvierten en la Facultad de Ingeniería”. Y enfatiza que “ningún peso de los excedentes del Dictuc van para el bolsillo de los dueños”. Además, salió al paso de los cuestionamientos que señalan que el Hospital Clínico es “un negocio de los médicos”. Bajo estas críticas, el rector aclara que en 1990 cuando la universidad tuvo problemas de financiamiento para ampliar las dependencias del hospital, “se hizo un fondo solidario y se constituyó una mutual en la que hay cerca de 400 socios que todos los meses depositan una cierta cantidad, y los excedentes de la clínica van para poder aportarle un monto de jubilación a esos médicos que será de $ 300 mil”.
U. Central por la sustentabilidad
A su turno, el rector interino de la Universidad Central, Ignacio Larraechea, sostiene en forma enfática, que su institución no tiene lucro “tanto en términos reales, como aparentes”. Y hace esta diferencia, porque según Larrechea, existen “figuras” que permiten que una entidad que reintegra sus utilidades y excedentes, pueda beneficiar a un tercero, a través por ejemplo, de un arriendo de inmuebles o prestación de servicios de cualquier tipo, situación que niega suceda en la Central.
Pero con la misma vehemencia, el representante de la universidad privada, dice que no hay que “excluir, ni demonizar el lucro de la economía”. Es más, señala que uno de los problemas de las entidades sin fines de lucro, es el financiamiento, ser viables económicamente existiendo la posibilidad de algunas inversiones que pueden lograr “sustentabilidad” en los planteles universitarios. De hecho, asegura que su universidad ha encontrado la fórmula: Una tercera vía. “Hemos roto la maldición de la entidades sin fines de lucro, que no pueden obtener financiamiento a largo plazo”. En concreto, se refiere a la alianza estratégica entre su universidad y el grupo Norte-Sur, cuyos inversionistas están dispuestos a aceptar las condiciones establecidas por la Central, que son que no pueden hacer retiro de utilidades y traspasos de bienes, “y la universidad preserva absolutamente, su patrimonio, sus activos y asegura que no hay retiro de utilidades”, afirma. Alianza que para su operatividad, falta ser ratificada por la Asamblea y no por el rector.
Para el decano de la facultad de Economía de la Universidad Alberto Hurtado y ex ministro de Economía, Jorge Rodríguez Grossi, “legalmente ninguna universidad reparte dividendos. Entonces, el tema de fondo es más profundo, porque tiene que ver con que si hay universidades cuyo dueño también lo es de una inmobiliaria y esa inmobiliaria le arrienda edificios a la universidad, por ahí podría haber filtración de dividendos”. Es más, agrega, “también podría darse un montón de otras figuras como que una universidad que no reparte dividendos podría tener un rector ganando un sueldo extraordinario”.
Ahora, acota, si al hablar de lucro inmediatamente se mira a las universidad privadas saltándose a las públicas quiere decir que “hay una falla de diagnóstico”, porque es “una falacia presentar el tema estatales versus las privadas”. Es que, insiste, “no es malo ganar plata, ese no es el punto, el problema está en ver qué se hace con ella”.
“Prefiero el Lucro declarado”
En tanto, el rector de la Universidad de Santiago (Usach), Juan Manuel Zolezzi, dice que el lucro “existe porque las instituciones se venden y se compran en valores importantes”. La máxima autoridad de la Usach afirma “que si ha de haber figura en la cual todas somos sin fines de lucro, pero finalmente se lucra, prefiero que existan las con fines de lucro declarado, pero por ningún motivo, tienen que haber recursos del Estado que vaya a esas instituciones”. Y destaca que así “se pueden tener las cautelas correspondientes”.
Para el rector de la Universidad Católica del Norte, Misael Camus, lo importante es que respecto al lucro exista “transparencia y claridad”. De hecho, cree que esto a futuro deberá normarse a través de una ley. “Debiera legislarse en el futuro y aclarar estas dimensiones, si uno va a tener fines pecuniarios per se ¿es posible entonces que tenga que pagar contribuciones de bienes raíces?, asuntos en los que hoy estamos eximidos de esas cosas por ser instituciones sin fines de lucro”.
Así las cosas, el debate recién se inicia mientras la autoridad se inclina por transparentar.