La economía chilena tiene un largo camino por delante antes de repuntar, mientras la situación fiscal no será menos compleja.
Así se resume la visión que entregó BBVA Research en su último informe de situación del país, correspondiente al tercer trimestre.
En el reporte, rebajó su estimación del PIB local, quedando su pronóstico anterior como techo para el rango vigente: entre 1,4% y 1,7%. El próximo año la situación no mejorará mucho, ya que la entidad espera que el Producto se incremente en apenas 1,8% (antes 2%), para retornar a un rendimiento sobre 2% recién en 2018 (2,4%).
Detrás de este panorama está un plano crecimiento del consumo privado éste y el próximo año, de 1,4% y 1,5%, el que subiría levemente a 2% el año siguiente. A esto se sumarían dos años de contracción en la inversión (-1,1% en 2016 y -0,5% en 2017), para recién recuperarse en 2018 (2,5%).
¿Laberinto fiscal?
Y ante un panorama económico no muy auspicioso, el fiscal no es muy diferente, ya que BBVA Research estima que el déficit efectivo rondará el 3% del PIB por los próximos tres años, (-2,9% en 2016, -3,3% en 2017 y -3,0% en 2018), lo que de acuerdo al economista principal de la entidad, Hermann González, es “insostenible”.
“El problema primario acá es el déficit fiscal, no es la deuda o el uso de los fondos soberanos.Tener estos déficits fiscales de 3 puntos del PIB año a año no puede ser una situación que se mantenga en el tiempo”, advirtió.
La solución de acuerdo a González sería acotar el gasto en “áreas donde se está haciendo un mal o inadecuado uso de los recursos públicos”, buscando que las platas se utilicen de la mejor forma posible y no haya exceso de gasto.
¿Cuáles serían estas áreas? Recortar en inversión no sería lo adecuado, postuló, con el fin de no dañar más la debilitada economía, por lo que disminuir el gasto corriente sería la opción, es decir, gasto en personal, compra de bienes y servicios y subsidios.
“Creo que los espacios para recortar vienen por el gasto en personal del sector público, ya sea en el número o en el salario”, sostiene y plantea necesaria una revisión integral por parte del gobierno que será “de largo aliento”. “Me gustaría que fuera parte de la discusión de los gobiernos que van a asumir en los próximos años”, agregó.
En términos de deuda, la entidad pronóstica que la deuda pública subirá 4 puntos del PIB este año y 3,5 puntos del PIB el próximo, por lo que de acuerdo a González, la meta de reducir el déficit estructural en 25 puntos por año “puede ser insuficiente”.
De este modo, plantea que se podrían utilizar unos US$ 2.600 millones de los fondos soberanos (US$ 2.000 millones del FEES y US$ 570 millones del FRP) el próximo año, con el fin de rebajar la necesidad de emisión de deuda a unos US$9.000 millones, similar a lo utilizado este año.