Tras un duro enfretamiento entre el municipio de Vitacura y el operador gastronómico BordeRío, ubicado en Av. Escrivá de Balaguer 6.400, que terminó en un acuerdo extrajudicial entre las partes, la alcaldía liderada por Camila Merino lanzó una licitación para definir a la nueva sociedad que operará el reconocido complejo por 15 años, a partir de febrero de 2026.
La licitación pública denominada Concesión territorial en sector Parque Metropolitano del Río Mapocho fue publicada hoy jueves en Mercado Público, y estará abierta hasta el 3 de noviembre de este año. Está orientada a entregar a una persona natural o jurídica, un terreno de 38.800 m2, el cual incluye edificaciones, áreas verdes, estacionamientos y vías de circulación.
“El concepto de esta concesión es que este centro gastronómico turístico, comprenda restaurantes gourmet y/o alta cocina, de fusión, especialidad, de autor, y familiares, rodeado de un parque. Los tipos de restaurantes solicitados se enmarcan en la clasificación entre tres a cinco tenedores”, dijo el municipio.
La concesión se entregará por un periodo de 15 años, a partir del 5 de febrero de 2026, el cual podrá ser renovado por una única vez por cinco años, de mutuo acuerdo entre las partes ante la necesidad de mantener su continuidad.
Actualmente, según se detalló en las bases del concurso, el terreno alberga un centro gastronómico y salones de conferencia o exposiciones en funcionamiento, compuesto por volúmenes, estacionamientos y áreas verdes aisladas entre sí. “A pesar de estar emplazado dentro de una franja urbana mayoritariamente destinada a parque público, su configuración actual interrumpe la continuidad del Parque Escrivá de Balaguer y actúa como una barrera física y visual entre la ciudad y el río”, señalan las bases.
Por esto, se presentó una propuesta arquitectónica para esta nueva licitación que busca “restituir la continuidad del parque”, lo que considera abrir el predio a la estructura verde y pública del borde ribereño, y así permitir que el espacio del parque ingrese al centro mismo del predio y dé una continuidad paisajística, y se mejore la visibilidad y accesibilidad al proyecto Mapocho 42 K.
“Esta operación de apertura implica eliminar una de los volúmenes existentes, liberar espacio incorporando superficie vegetal y generar un recorrido abierto que conecte peatonalmente el sector a intervenir con el total del parque y resto de la trama urbana”, se señaló.
También se propone el rediseño del espacio de circulación vehicular y peatonal, disminuyendo el ancho del camino vehicular interior. “El diseño reorganiza las edificaciones en pabellones más livianos, parcialmente abiertos, con terrazas expuestas directamente al paisaje, evitando cualquier percepción de recinto cerrado. La rehabilitación considera el mejoramiento de las fachadas, la integración de pérgolas y techos verdes, y la incorporación de senderos continuos que atraviesan el predio sin interrupciones”, se planteó en las bases.
En éstas se señaló que el adjudicatario, a su entero costo, deberá asumir el coste y contemplar la demolición del módulo donde se ubica el Bar Santiago, Barderío, Geber y estructuras anexas, permitiendo recuperar superficie de área verde de libre uso.
Las ofertas de los interesados serán evaluadas por una comisión ad hoc, siendo el criterio que otorga más puntaje el aporte mensual en UTM, por todo el periodo de la concesión, que el operador ganador deberá entregar a la Municipalidad de Vitacura.
El acuerdo
En septiembre de 2022, el actual concesionario Inversiones Santa Mónica -entre cuyos socios figuran Gabriela Riutort, Mario Astorga, Washington Lathrop, Claudio Stitchkin, Carlos González y José Antonio Camacho- presentó una demanda de acción declarativa de derechos y de indemnización de perjuicios contra el municipio: dijo que la pandemia constituyó un “hecho sobreviniente, imprevisto, irresistible y transitorio para las partes”, lo que, a su juicio, debía derivar en la suspensión del plazo del contrato de concesión, ocasionando la pérdida de conmutatividad del mismo.
A mediados de junio del año pasado, el 11º Juzgado Civil de Santiago falló a favor de la demandante, extendiendo el contrato de concesión del mentado polo gastronómico, que partió hace más de 30 años, por un plazo adicional de 17 meses.
El tribunal de primera instancia enfatizó que la pandemia efectivamente “constituye un caso fortuito de carácter transitorio para los efectos del contrato de concesión celebrado entre las partes”.
Además, dijo que el mayor periodo otorgado deberá comenzar a computarse al día siguiente del vencimiento del plazo original de la concesión -febrero de 2025-, o bien, desde que la sentencia se encuentre ejecutoriada.
Tras esto, el municipio presentó un recurso ante la Corte de Apelaciones de Santiago para que revoque el fallo de primera instancia y se rechace la demanda del concesionario. Dijo que no se hace cargo de los riesgos que afecten el negocio que se le permite desarrollar a la concesionaria al interior del predio que se le entregó en uso y explotación, así como tampoco “no participa en las ganancias o pérdidas de la actividad” que ejerce la inmobiliaria.
A principios de este año, las partes llegaron a un acuerdo extrajudicial, avenimiento que fue aprobado por el tribunal de primera instancia. En éste, el municipio y el privado acordaron prorrogar la concesión por doce meses, hasta el 4 de febrero de 2026, y “asumieron la obligación de mantener un rol colaborativo durante la nueva vigencia de la misma, ejecutando de buena fe tanto sus condiciones, términos y estipulaciones, como también las atribuciones, derechos y deberes que a cada una de las partes le corresponden”.