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La guerra "high"

Tras una semana de diversos viajes a países donde opera la compañía, un ejecutivo del retail comentó que resultaría más rápido el tener...

Por: | Publicado: Viernes 4 de abril de 2008 a las 21:20 hrs.
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Tras una semana de diversos viajes a países donde opera la compañía, un ejecutivo del retail comentó que resultaría más rápido el tener un propio jet privado versus las aerolíneas comerciales. ¿La razón? Un vuelo de seis horas, entre escalas y esperas en aeropuertos tomó casi 14 horas.

Esta experiencia es la que, debido a la ampliación de las fronteras de las compañías chilenas y los constantes viajes de ejecutivos al exterior, ha hecho que la industria aeronáutica privada comience a sacar cuentas alegres y prepare su artillería para atraer a estos potenciales clientes.

Ello, más el mayor poder adquisitivo, ha hecho que el interés por contar con aviones particulares aumente, aunque exista el fantasma del potencial cierre del aeródromo de Tobalaba.

Ante un incremento en las compras de aviones y jet ejecutivos privados, el tradicional nicho que ha suplido la demanda de este segmento, los helicópteros, no darán tregua.

Y es que en la aviación particular premium, los helicópteros han sido por años los preferidos por este segmento, no por su precio, que puede ser en promedio hasta diez veces mayor al de un avión, sino por la poca oferta de modelos de aviones privados existentes en el mercado.



Los Kaufmann a la pelea

Desde 1991 hasta la fecha, Aerocardal, la compañía del clan Kaufmann –liderados por Miguel Kaufmann-, se mantuvo al margen de este negocio compitiendo sólo en el arriendo de vuelos. Hasta esta semana.

Tras conversaciones con la estadounidense Cirrus, el clan decidió no seguir entregando este segmento a los helicópteros y comenzarán la venta de aeronaves privadas. De los cuatro modelos –que van entre los US$ 120 mil hasta los US$ 540 mil- que están prontos a llegar, dos ya están vendidos, y durante el cierre de la Fidae esperan que los otros tengan dueño.

“En Chile tenemos que empezar a renovar nuestro parque de aviones y ahí nace el desafío de representar una marca como Cirrus, para competir en este nicho”, comenta el director de Aerocardal, Alexander Kaufmann.

Pero más allá de las bondades del producto que comercializarán, el ejecutivo destaca que por sobre el helicóptero el avión tiene muchas cualidades, incluido el precio.

“El concepto del avión privado existe y se usa en Chile, pero sin lugar a dudas que la persona que quiere trasladarse al mínimo costo, con una inversión razonable, en un grupo de 4 personas, ésta es la mejor herramienta disponible en el mercado”, enfatiza Kaufmann.



Los preferidos

A pesar de la arremetida de los aviones, más económicos y rápidos que los helicóptero, estos últimos siguen siendo los preferidos por los empresarios locales.

Sebastián Piñera, Max Marambio, Hernán Boher, Andrés Navarro, Eduardo Ergas,  y Oussama Abughazaleh, son algunos de los representantes de esta elite, que pueden costear modelos que van desde los US$ 1,3 millón hasta los US$ 10 millones.

Pese al alto precio, y a un costo de mantención cercano a US$ 200 por hora de vuelo, la clase ejecutiva chilena prefiere este medio. Año tras año la venta de helicópteros se duplica. De los dos que se vendieron en 2004, durante el año pasado se comercializaron quince unidades, según el gerente general de Eurocopter, Bernhard Brenner.

Brenner, cuya empresa comercializa las naves en Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia y Perú, comenta que ha sido tal el incremento en el país que de los 200 modelos que han vendido en la región, 90 han sido entregados en el mercado local.

El interés por estos aparatos ha sido tal que el promedio vendido en Chile bordea entre los US$ 2 millones y los US$ 3 millones. Uno de estos modelos fue el que hace dos días el empresario Oussama Abughazaleh adquirió, para sumarlo a su flota.

Uno de éstos fanáticos es el empresario Hernán Boher, ligado a la agroindustria y Reifschneider. Para Boher, es un auto más. “El helicóptero es como si tú tuvieras un auto y hay que acostumbrarse a no viajar en auto y a viajar en helicóptero. Yo me voy a Zapallar y me demoro cuarenta minutos. Además, lo bueno es que no me pasan partes y gozo mirando para afuera”, relata.

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