El presidente de Estados Unidos,
George W. Bush, dijo hoy que "han avanzado bien" las negociaciones
entre el Congreso y la Casa Blanca sobre el paquete de US$700.000
millones para afrontar la crisis financiera.
En un comunicado, Bush evaluó positivamente el trabajo realizado
por ambas partes, Congreso y Gobierno, durante el fin de semana para
diseñar un proyecto de ley que evite que la crisis financiera
provoque "un daño duradero a la economía".
"El mundo entero nos mira para ver si podemos actuar rápidamente
para sostener a nuestros mercados y prevenir perjuicios a nuestros
mercados de capitales, empresas, el sector inmobiliario y cuentas de
jubilación", afirmó Bush.
Una vez más, el presidente instó a los legisladores a no incluir
en ese proyecto de ley cláusulas no relacionadas con la crisis
financiera o disposiciones que "socaven" su efectividad.
El secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el presidente de la
Reserva Federal, Ben Bernanke, sostuvieron encuentros con los
legisladores con competencias en temas bancarios durante el fin de
semana para definir el plan de ayuda.
Ese plan contempla la compra por parte del Gobierno de deuda de
mala calidad de las instituciones financieras.
En su comunicado, Bush advirtió de que "el no hacer nada tendría
muchas consecuencias más allá de Wall Street. Amenazaría a los
propietarios de pequeñas empresas y a los propietarios de
viviendas".