Internacional

Depreciación del real devuelve competitividad a la industria brasileña

Un dólar más alto reduce la exposición del sector a la competencia de los productos importados.

Por: Valor Económico, Brasil. | Publicado: Miércoles 4 de septiembre de 2013 a las 05:00 hrs.
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La depreciación cambiaria registrada en los últimos meses en Brasil redujo el costo del trabajo de la industria en dólares, dejando al sector un poco más competitivo en el período, de acuerdo con cálculos de MB Asociados.

Aunque el alivio se ve con cierta reticencia por el efecto adverso del real más débil, como el encarecimiento de los insumos industriales, economistas y empresarios del sector evalúan que la moneda estadounidense más cara tiende a abrir una ventana para la recuperación de la industria, que reduce su exposición a la competencia de los productos importados.

En ese escenario, la percepción es que los vientos en las negociaciones salariales, antes más favorables a los trabajadores, comienzan a soplar a favor de los empresarios.

El costo unitario del trabajo en dólares, en una estimación de crecimiento real del salario por encima de la productividad y que considera la variación del cambio en el período, cedió 6,1% en los doce meses concluidos en junio de este año, de acuerdo con MB Asociados. En este lapso, el tipo de cambio real se devaluó 9,24%.

Sin embargo, la menor presión de la mano de obra sobre los costos del sector industrial no se explica sólo por la pérdida de valor del real en relación al dólar estadounidense, sino también por la influencia de factores internos. En el segundo trimestre, el costo del trabajo en reales fue 0,3% inferior al de los mismos meses del año anterior, siempre descontando la inflación.

En doce meses, el indicador acumula un alza de 3,1%, pero la variación del costo de la mano de obra para la industria, en la moneda brasileña, es prácticamente la mitad del avance de 6,4% observado en los doce meses concluidos en junio de 2012.

Entre los dos períodos, se registró un cambio en el comportamiento de la productividad. Entre 2011 y 2012, bajó 1,5%, mientras en el año cerrado en junio último la relación entre la producción del sector y el número de horas trabajadas avanzó 1,3%. El crecimiento de la nómina salarial de la industria, que era de 3,5% a mediados de 2012, fue 3,8% en igual lapso de este año.

Datos elaborados por Itaú Unibanco también muestran que los salarios en Brasil dejaron de ser los más altos entre un conjunto de países emergentes este año, situación que se observaba en 2012.

Sergio Vale, economista jefe de MB Asociados, evalúa que aunque la devaluación del cambio haya dado cierto alivio de costos al sector de manufacturas en los últimos meses, se necesitaría que el dólar subiera mucho más para revertir las pérdidas decurrentes del período en que la divisa doméstica se desvalorizó. En junio, el costo unitario del trabajo fue 4% más barato que en igual período del año pasado, pero todavía es 6,2% más alto que en junio de 2008.

“Es una ilusión imaginar que el cambio salvará a la industria. Hoy Brasil es muy diferente de la economía excesivamente cerrada de los años ‘80, cuando la depreciación disparaba un crecimiento como fue en 1984”, afirmó Vale, por el aumento de la presencia de insumos importados en la estructura productiva de la industria doméstica.

Producción industrial descendió en julio
La producción industrial descendió 2% en julio respecto al mes precedente, lo que contrasta con el alza de 2,1% de junio en términos desestacionalizados.
Según el gerente de coordinación de la industria del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), André Macedo, la fluctuación en la actividad de un mes a otro se debe a una combinación de elementos, como los altos inventarios, crédito restringido, la deuda familiar, la alta inflación, las dificultades en la exportación y fuerte presencia de las importaciones en el mercado interno.
"Estos factores ayudan a explicar el comportamiento errático de la industria de todo el año", afirmó el ejecutivo.
Descontados los efectos estacionales, la producción de bienes de capital cedió 3,3%, la de bienes intermedios 0,7% y la de bienes de consumo 7,2% en bienes de consumo. De los 27 sectores considerados por el IBGE, 15 bajaron frente a junio.

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