El ministro de Finanzas japonés, Shoichi
Nakagawa, finalmente renunció hoy a su cargo, tras haber anunciado
esta mañana que no dimitiría hasta dentro de unos meses, y su
decisión fue aceptada por el primer ministro, Taro Aso.
Su cargo será asumido por el ministro de Economía, Kaoru Yosano
que, de manera temporal, desempeñará ese doble papel ministerial,
según informó la agencia local Kyodo.
Nakagawa ha sido duramente criticado por la opinión pública
nipona tras aparecer este sábado en la rueda de prensa posterior a
la reunión del G7 con aparentes síntomas de embriaguez.
Aunque reconoció haber bebido algo de alcohol antes de
comparecer, negó que se encontrara borracho y achacó su
comportamiento a las medicinas que había tomado para el resfriado y
al cambio horario o "jetlag".
Acosado por las críticas, Nakagawa cambió hoy de opinión en
varias ocasiones, hasta finalmente renunciar en una jornada dominada
por la visita oficial a Tokio de la secretaria de Estado de EE.UU.,
Hillary Clinton.
A primera hora se negó a dimitir, después anunció su renuncia
para después de la aprobación del presupuesto para el año fiscal
2009, antes de abril, y finalmente presentó su dimisión a última
hora de la tarde a Aso, que aceptó su "dura decisión".
Las imágenes de Nakagawa difundidas por todo el mundo mostraban
su dificultad para articular su respuesta a las preguntas de los
periodistas.
Durante el acto, en el que tuvo que luchar para no cerrar los
ojos, equivocó el nivel actual de los tipos de interés en Japón con
los de Estados Unidos.
Correligionarios de su partido, entre ellos el ex primer ministro
Yoshiro Mori, cuestionaron el comportamiento de Nakagawa en Roma y
lo censuraron abiertamente por su afición al alcohol.
Los cuatro partidos de la oposición, liderados por el Partido
Democrático, decidieron hoy presentar una resolución en la Dieta
censurando la actitud del Nakagawa, lo que al parecer precipitó su
decisión.