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El BCE será puesto a prueba sobre sus intenciones para reducir los estímulos

Los mercados están nerviosos por saber el destino del programa de compra de bonos aplicado tras la crisis de 2008.

Por: Claire Jones | Publicado: Miércoles 19 de julio de 2017 a las 04:00 hrs.
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Frankfurt

El anuncio del presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi en junio de que las fuerzas “reflacionarias” han reemplazado a los deflacionarias tenía como objetivo asegurar que la recuperación de la zona euro iba por buen camino. En cambio, llevó a los inversionistas a creer que el banco estaba a punto de endurecer su política monetaria, un malentendido, señaló más tarde el BCE.

El incidente en la cumbre anual del BCE subrayó el nerviosismo de los mercados ante el fin de la política monetaria extraordinaria aplicada desde la crisis financiera.

Ahora el BCE será puesto a prueba de nuevo. Los mercados están agitados sobre todo sobre un punto: el destino del programa de alivio cuantitativo (QE, su sigla en inglés) de 60.000 millones de euros mensuales.

“Orquestar el principio de la salida (del programa) es un desafío para Draghi”, dijo Carsten Brzeski, economista de ING-DiBa, en referencia a la reunión del consejo gobernador del BCE mañana. El consejo enfrenta el desafío de mantener un equilibrio entre reducir el QE debido a un crecimiento más fuerte y reconocer que los mercados se mantienen agitados y que la inflación sigue débil.

A pasos lentos

Cifras publicadas esta semana muestran que la inflación de la zona euro se desaceleró a 1,3% en junio, desde un 1,4% en mayo. El crecimiento de los salarios se mantiene débil, incluso en las economías más fuertes de la región.

Sin embargo, el estímulo monetario del BCE ha ayudado a la eurozona a superar las cifras del crecimiento de EEUU este año, al relajar las condiciones de endeudamiento de gobiernos, empresas y hogares. Cifras del BCE de préstamos bancarios publicadas ayer muestran que la demanda por la mayoría de los tipos de crédito aumentó en el segundo trimestre, por las condiciones más favorables.

Algunos funcionarios del BCE están preocupados de que en caso de ser mal manejado el proceso de reducción del programa aumente los costos de los préstamos y fortalezca el euro, asfixiando la recuperación.

El tema mañana no será la decisión de terminar con el programa como tal, sino que si se remueve el compromiso de impulsar las compras de activos si la economía empeora.

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