Internacional
La intrincada trama tras el asesinato que remeció al poder político en China
Bo Xilai, que hace dos meses era un fuerte candidato a integrar la cerrada y secreta cúpula del Partido Comunista chino, pasó a convertirse en sospechoso de actuar como cómplice en el crimen de un empresario británico por el que su esposa ahora afronta la pena capital.
Por: | Publicado: Lunes 16 de abril de 2012 a las 05:00 hrs.
- T+
- T-
Por Leonardo Ruiz Pereira
Cada una década el poder político en China se renueva. En los próximos meses el presidente Hu Jintao, el primer ministro Wen Jiabao y muchos de los hombres del Politburó y del Comité Permanente se retirarán. La solemne transición, no obstante, estuvo a punto de verse opacada por el asesinato de un empresario británico, que ha revolucionado a los usuarios chinos de Internet, generando una fuerte iniciativa de censura de parte del gobierno.
El crimen habría sido cometido por la esposa de Bo Xilai, político de 62 años ahora transformado en sospechoso, que hasta hace dos meses era jefe del Partido Comunista de Chongqing (que junto a Beijing, Shangai y Tianjin son los cuatro municipios controlados directamente por el Estado) y un posible nuevo miembro del Comité Permanente chino, el organismo más poderoso del país. Bo se hizo conocido por combatir la corrupción y utilizar propaganda maoísta para lidiar con los disidentes.
El caso amenazó con exponer al cerrado y secreto liderazgo de la segunda mayor economía del mundo, por lo que la nación de un sólo partido fue rápida en enviar una señal de cohesión la semana pasada y remover de sus filas a Bo y arrestar a su esposa, Gu Kailai (53) por evidencias que la vinculaban fuertemente con la muerte de Neil Heywood, un inglés de 41 años.
La salida de Bo evidenció una ruptura en el partido que amenazó la sucesión de líderes que ocurrirá en primavera, pero al mismo tiempo, removió una fuente de incertidumbre para el proceso.
Heywood estaba casado con una mujer china llamada Wang Lulu, tenía dos hijos de siete y once años y murió en noviembre del año pasado en un hotel en Chongqing por un ataque cardíaco tras ingerir grandes cantidades de alcohol, informaron entonces las autoridades regionales. Pero la polémica estalló en febrero cuando Wang Lijun, aliado clave de Bo y ex jefe de la policía de Chongqing que ahora también está siendo investigado, pidió refugio en el consulado estadounidense en Chengdu tras afirmar que Heywood había sido envenenado y que Gu estaba involucrada en su muerte.
El inglés era cercano a la pareja e incluso ayudó al hijo de ambos, Bo Guagua, a entrar a escuelas privadas en el Reino Unido.
La caída de Gu
Al igual que su marido, Gu proviene de una familia revolucionaria. Es la hija más joven de Gu Jingsheng, un veterano comunista y ex diputado del Partido del Comité de Xinjiang que conocía al padre de Bo, Bo Yibo, uno de los “nueve inmortales” de los legendarios primeros años del partido. La ex abogada no imaginó su destino hace 26 años, cuando se casó con Bo, comenzando una exitosa carrera legal, mientras él se perfilaba como un posible heredero del Politburó.
Después de salir del colegio, durante la revolución cultural, Gu trabajó en una carnicería. Luego estudió derecho y política internacional en la Universidad de Peking. Conoció a Bo en 1984 en un viaje de estudios y se convirtió en su segunda esposa. Dos años después nació Bo Guagua, que ahora estudia en Harvard.
Poseedora de un inglés fluido, Gu llegó a ser una de las abogadas más exitosas de China, particularmente tras ayudar a varias empresas chinas a ganar una batalla legal contra EEUU en 1997. Hay poca evidencia de las actividades de Gu después de que su esposo se transformara en ministro de Comercio, en 2004 y jefe del partido de Chongqing, en 2007.
Otras lecturas del asesinato
Hoy Gu está arrestada junto a su asesora familiar, Zhang Xiaojun, bajo sospecha de haber asesinado a Heywood. La ex abogada podría enfrentar la pena de muerte si es acusada y encontrada culpable y el mismo Bo podría enfrentar cargos criminales si se prueba que interfirió en el caso.
Analistas citados por South China Morning Post aseguran que una investigación preliminar descubrió pistas que ligaban a Bo a “varios otros actos contra la ley y la disciplina del partido”. Según las fuentes, la ambigüedad de Beijing sobre estos asuntos no resueltos que rodean a Bo son señales de que él podría estar involucrado en problemas más serios, como delitos económicos.
De acuerdo al sitio de noticias internacionales Boxun, el mismo Bo habría dado la orden de matar Heywood, junto a otras seis personas en Dalian y Chongqing y supuestamente habría transferido US$ 12.500 millones al extranjero.
En una columna de opinión en el New York Times, Jonathan Fenby, ex editor del The Observer, aseguró que el escándalo de Bo es una distracción de los desafíos que enfrenta China de cara al recambio de sus líderes del Comité Permanente.
Cada una década el poder político en China se renueva. En los próximos meses el presidente Hu Jintao, el primer ministro Wen Jiabao y muchos de los hombres del Politburó y del Comité Permanente se retirarán. La solemne transición, no obstante, estuvo a punto de verse opacada por el asesinato de un empresario británico, que ha revolucionado a los usuarios chinos de Internet, generando una fuerte iniciativa de censura de parte del gobierno.
El crimen habría sido cometido por la esposa de Bo Xilai, político de 62 años ahora transformado en sospechoso, que hasta hace dos meses era jefe del Partido Comunista de Chongqing (que junto a Beijing, Shangai y Tianjin son los cuatro municipios controlados directamente por el Estado) y un posible nuevo miembro del Comité Permanente chino, el organismo más poderoso del país. Bo se hizo conocido por combatir la corrupción y utilizar propaganda maoísta para lidiar con los disidentes.
El caso amenazó con exponer al cerrado y secreto liderazgo de la segunda mayor economía del mundo, por lo que la nación de un sólo partido fue rápida en enviar una señal de cohesión la semana pasada y remover de sus filas a Bo y arrestar a su esposa, Gu Kailai (53) por evidencias que la vinculaban fuertemente con la muerte de Neil Heywood, un inglés de 41 años.
La salida de Bo evidenció una ruptura en el partido que amenazó la sucesión de líderes que ocurrirá en primavera, pero al mismo tiempo, removió una fuente de incertidumbre para el proceso.
Heywood estaba casado con una mujer china llamada Wang Lulu, tenía dos hijos de siete y once años y murió en noviembre del año pasado en un hotel en Chongqing por un ataque cardíaco tras ingerir grandes cantidades de alcohol, informaron entonces las autoridades regionales. Pero la polémica estalló en febrero cuando Wang Lijun, aliado clave de Bo y ex jefe de la policía de Chongqing que ahora también está siendo investigado, pidió refugio en el consulado estadounidense en Chengdu tras afirmar que Heywood había sido envenenado y que Gu estaba involucrada en su muerte.
El inglés era cercano a la pareja e incluso ayudó al hijo de ambos, Bo Guagua, a entrar a escuelas privadas en el Reino Unido.
La caída de Gu
Al igual que su marido, Gu proviene de una familia revolucionaria. Es la hija más joven de Gu Jingsheng, un veterano comunista y ex diputado del Partido del Comité de Xinjiang que conocía al padre de Bo, Bo Yibo, uno de los “nueve inmortales” de los legendarios primeros años del partido. La ex abogada no imaginó su destino hace 26 años, cuando se casó con Bo, comenzando una exitosa carrera legal, mientras él se perfilaba como un posible heredero del Politburó.
Después de salir del colegio, durante la revolución cultural, Gu trabajó en una carnicería. Luego estudió derecho y política internacional en la Universidad de Peking. Conoció a Bo en 1984 en un viaje de estudios y se convirtió en su segunda esposa. Dos años después nació Bo Guagua, que ahora estudia en Harvard.
Poseedora de un inglés fluido, Gu llegó a ser una de las abogadas más exitosas de China, particularmente tras ayudar a varias empresas chinas a ganar una batalla legal contra EEUU en 1997. Hay poca evidencia de las actividades de Gu después de que su esposo se transformara en ministro de Comercio, en 2004 y jefe del partido de Chongqing, en 2007.
Otras lecturas del asesinato
Hoy Gu está arrestada junto a su asesora familiar, Zhang Xiaojun, bajo sospecha de haber asesinado a Heywood. La ex abogada podría enfrentar la pena de muerte si es acusada y encontrada culpable y el mismo Bo podría enfrentar cargos criminales si se prueba que interfirió en el caso.
Analistas citados por South China Morning Post aseguran que una investigación preliminar descubrió pistas que ligaban a Bo a “varios otros actos contra la ley y la disciplina del partido”. Según las fuentes, la ambigüedad de Beijing sobre estos asuntos no resueltos que rodean a Bo son señales de que él podría estar involucrado en problemas más serios, como delitos económicos.
De acuerdo al sitio de noticias internacionales Boxun, el mismo Bo habría dado la orden de matar Heywood, junto a otras seis personas en Dalian y Chongqing y supuestamente habría transferido US$ 12.500 millones al extranjero.
En una columna de opinión en el New York Times, Jonathan Fenby, ex editor del The Observer, aseguró que el escándalo de Bo es una distracción de los desafíos que enfrenta China de cara al recambio de sus líderes del Comité Permanente.