El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó
que de la cumbre de jefes de Estado del G-20 convocada por Estados Unidos para
el próximo sábado no saldrán soluciones definitivas, pero por lo menos
permitirá a los presidentes discutir herramientas para evitar otras crisis.
"Tengo conciencia de que la reunión no va a definir
todo lo que necesitamos que sea definido, pero es un inicio extraordinario para
que los jefes de Estado asuman personalmente la responsabilidad de discutir
soluciones futuras para evitar que vuelvan a ocurrir crisis como ésta",
dijo el gobernante en su programa semanal de radio.
De acuerdo con Lula, la cumbre permitirá específicamente que
los países más desarrollados del mundo y los emergentes discutan formas de
controlar el sistema financiero, al que responsabilizó de la actual crisis
financiera global por actuar como un casino.
"Sabemos de dónde viene la crisis, sabemos qué fue lo
que generó esta crisis y sabemos que el sistema financiero internacional tiene
que tener un cierto control del Estado. Tiene que haber regulación. El sistema
financiero no puede ser un casino", afirmó.
"Queremos que exista un sistema financiero cada vez más
fuerte pero para ayudar el desarrollo y al crecimiento del país; es decir para
ganar dinero generando riqueza y generando empleo y no apenas acumulando
riqueza a través de la especulación", agregó.