Luxemburgo, un centro financiero que desde la crisis de Chipre ha estado en la mira de los reguladores que se oponen a los paraísos fiscales, decidió levantar el secreto bancario, un elemento que era clave para su millonaria industria financiera. Luxemburgo compartirá información con el resto de la Unión Europea sobre titulares de cuentas bancarias del bloque en su territorio a partir del 1 de enero de 2015, dijo ayer el primer ministro, Jean-Claude Juncker, marcando un cambio importante en su política de secreto bancario.
La crisis en Chipre activó las alertas sobre los riesgos de pequeñas economías donde la industria financiera representa varias veces más que el PIB nacional. Y el pequeño país de Europa occidental tiene el mayor sector bancario de la Unión Europea, en relación al tamaño de su economía.
La iniciativa llega tras presiones de Alemania y la Comisión Europea para combatir la evasión fiscal. “Seguimos un movimiento global (...) no estamos cediendo a la presión alemana”, dijo Junker.
El anuncio deja a Austria como el único país que no se adhiere a esta directiva de la UE.
El ministro austríaco de Finanzas dijo esta semana que “lucharía como un león” para defender el régimen de secreto bancario del país, pero el canciller austríaco ha indicado que el cambio podría tener que venir.