El banco nacionalizado por el
Gobierno británico adelantó algunas de las medidas drásticas encaminadas a
garantizar su viabilidad y devolver los fondos de emergencia recibidos por el
Banco de Inglaterra.
Este plan de choque incluye el
despido de cerca de un tercio de su plantilla, integrada ahora por 6.000
trabajadores, y un severo recorte en su actividad crediticia.
Northern Rock sigue
teniendo en mente devolver en los próximos cuatro años los cerca de 25.000
millones de libras (unos 31.800 millones de euros) prestados como ayuda de
emergencia por el Banco de Inglaterra.
La entidad,
nacionalizada el pasado mes por el Gobierno británico, ha avanzado hoy la
estrategia que adoptará para llevar a cabo estos propósitos. Los drásticos
planes de recorte de gastos pasan por la supresión de cerca de un tercio de su
plantilla, lo que supondría el despido de 2.000 de los 6.000 trabajadores
actuales.
Los recortes alcanzarán
también a su actividad crediticia, que se verá reducida de forma severa, con la
intención de configurar un banco "más pequeño", pero
"viable", y orientado hacia su futuro regreso al ámbito privado.