¿Puede Argentina hacerse cargo de un gigante como YPF?
La historia reciente de Latinoamérica muestra que los Estados no han sido buenos administradores de las empresas petroleras. En México, de hecho, lo que se discute es abrir un porcentaje de Pemex a la bolsa, para mejorar uno de los sectores más ineficientes del país.
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Por Isabel Ramos Jeldres
Al anunciar la nacionalización de la petrolera YPF el lunes, la presidenta argentina Cristina Fernández aseguró que la compañía sería administrada con una lógica empresarial, por personal capacitado y con una orientación en los resultados. Sin embargo, al día siguiente, ya se sabía que una de las primeras medidas que negocia la empresa es reducir el valor del combustible PS1 que cobra a Aerolíneas Argentinas, y que representa un 40% de los costos de la aerolínea estatal.
Las medidas intervencionistas que ha tomado Fernández en los últimos meses -como aumentar las restricciones a las importaciones e imponer controles cambiarios- además de medidas tan polémicas como la incautación de los fondos de pensiones administrados por las AFJP, quitan piso a las declaraciones de la presidenta.
Al menos en Latinoamérica, la gestión que han hecho los Estados de las empresas petroleras en los últimos años no es buen precedente.
El gigante: Petrobras
El ejemplo que generalmente se usa para mostrar que una compañía estatal puede ser exitosa es la brasileña Petrobras: la empresa más grande de Latinoamérica por valor de mercado.
Petrobras ha realizado descubrimientos históricos en los últimos meses, y tiene el plan de inversiones más ambicioso del mundo (US$ 224 mil millones), pero el congelamiento de los precios en el mercado doméstico está poniendo presión sobre sus balances.
El gobierno de Dilma Rousseff ha mantenido los precios bajos para contener la inflación, pero eso ha fomentado un sobreconsumo de combustible. Como resultado, los niveles de producción no han sido capaces de satisfacer la demanda.
El director de oferta de la empresa, Paulo Roberto Costa, aseguró a Valor Economico que Petrobras enfrentará un déficit de oferta de combustible hasta julio de 2013, cuando comiencen a operar sus nuevas refinerías. Por lo tanto, la petrolera deberá aumentar en un 30% sus importaciones, a 80 mil barriles de gasolina y 160 mil barriles de diésel diarios este año.
El problema es que el valor al que importa el crudo está por debajo del precio internacional, que se encamina a niveles récord, debido a las tensiones en Medio Oriente. A fines de marzo, la directora ejecutiva de la petrolera, Maria das Gracas Foster, dijo en una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo que la empresa tendrá que subir inevitablemente los precios si el valor del Brent sigue por encima de US$ 120 el barril.
A eso se suma una caída de la producción, que en febrero descendió 1,1% frente a enero, a 2,7 millones de barriles de petróleo diarios. La combinación de baja en la producción, y su posible impacto en las ganancias, con precios congelados, hizo que Bradesco BBE bajara la calificación de la acción de Petrobras.
Populismo de Chávez
En Venezuela, el presidente Hugo Chávez ha aprovechado el aumento en las ganancias de Pdvsa, gracias a los altos precios del petróleo, para financiar sus programas sociales y elevar las reservas del país, en un año de elecciones.
Las ganancias anuales de la petrolera subieron 35% el año pasado, a US$ 127.800 millones, impulsadas por el valor del petróleo, cuyo precio promedio de exportación fue de
US$ 101,06 el barril en 2011, frente a US$ 71,97 en 2010.
Los expertos advierten que en lugar de financiar proyectos sociales, ese dinero debió ser reinvertido en proyectos que permitan aumentar la producción, porque hasta ahora, lo que sustenta el buen desempeño de Pdvsa es el alto precio del petróleo, y no su buena gestión. Además, notan que la petrolera tiene cerca de US$ 19.500 millones de bonos en dólares vigentes.
“Una política fiscal marcadamente expansiva y la transferencia de las ganancias inesperadas de petróleo del país hacia fondos opacos fuera del presupuesto han debilitado las métricas de crédito externas y fiscales de Venezuela, al igual que han elevado su dependencia de precios del petróleo altos”, aseguró a principios de abril el director de Fitch, Erich Arispe. El 95% de los ingresos por exportaciones de Venezuela provienen del petróleo.
México contra la corriente
En México, la balanza se ha inclinado hacia el lado contrario. Petróleos Mexicanos (Pemex) ha tenido el monopolio en la exploración, producción y refinería de petróleo desde que fue nacionalizada en 1938. Pero ahora la discusión en el país norteamericano se centra en si se debe o no listar en bolsa una parte de la propiedad de la compañía.
“Es un momento extraordinario para que México se refleje en uno de los sectores más ineficientes que tiene”, dijo el director ejecutivo de la Bolsa Mexicana de Valores, Luis Tellez, a fines de marzo. Las pérdidas de Pemex en el cuarto trimestre del año pasado se ampliaron a 23.800 millones de pesos (US$ 1.900 millones), desde 23.600 millones en el año anterior, debido a un alza en los impuestos y a que la producción se mantiene estancada.
El proceso no es fácil, porque la venta de acciones demandaría un cambio constitucional. Sin embargo, la candidata oficialista a la presidencia, Josefina Vázquez Mota, estaría dispuesta a colocar un 30% de la empresa en la bolsa local para impulsar la producción y la inversión, según un asesor de campaña del Partido de Acción Nacional (PAN).