Internacional

Se terminó el verano en Europa, y con el frío, volverá también la turbulencia económica

El primer escollo que enfrenta Europa llegará este miércoles, cuando el tribunal constitucional alemán deba resolver la legalidad del pacto fiscal. Si la rechaza, dicen algunos expertos, podría significar el final de la eurozona.

Por: | Publicado: Lunes 10 de septiembre de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por Renato Garcia Jiménez



El receso de verano terminó en Europa. Los estudiantes están de regreso de sus vacaciones y las autoridades de vuelta en sus puestos. Y junto con el frío volverá también la amenaza de una renovada turbulencia.

Desde hace algunas semanas, la situación en Europa tendió a estabilizarse. El índice Vix, que mide la volatilidad de los mercados, retrocedió el 17 de agosto a 13,44 puntos, su nivel más bajo desde mediados de 2007, alejándose del máximo que marcó el 1 de junio de 26,6 unidades, su punto más alto desde fines de 2011.

Los líderes europeos cerraron un período de complejas negociaciones con algunos avances, como un acuerdo para crear una unión fiscal, un incremento de los fondos de rescate y una línea de crédito para los bancos españoles, entre otras cosas.

Pero la tregua de los últimos meses también tuvo mucho que ver con el hecho de que Europa estaba en un período de descanso, que redujo parte de la tensión, y las autoridades aprovecharon de darse un respiro para recuperarse del enorme desgaste sufrido.

La canciller alemana, Angela Merkel, por ejemplo, se retiró a una región montañosa donde, junto a su esposo, se entretuvo realizando caminatas. Y el presidente Francois Hollande, se quedó en el sur de Francia para dar un ejemplo de sobriedad a sus compatriotas.

Pero quedaron muchas cosas pendientes cuya solución sólo fue aplazada, y es ahora que esos temas volverán a ocupar la atención mundial. En el calendario de septiembre y agosto, están marcadas varias fechas que podrían resultar decisivas para la economía mundial.

La primera fecha señalada ya se cumplió. Fue el jueves pasado, cuando el Banco Central Europeo (BCE) anunció un plan de compras ilimitadas de bonos, y el veredicto de los mercados fue muy positivo, al menos por ahora, ya que faltan detalles importantes para ver cómo se va a implementar en la práctica.



Desafío constitucional


El próximo peligro que amenaza a la Unión Europea aguarda en las salas del tribunal constitucional alemán, que este miércoles deberá fallar sobre un asunto vital para la subsistencia del bloque: la legalidad del Pacto Fiscal y del Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEE), acordados por los gobiernos regionales antes de las vacaciones. El pacto fiscal endurece las exigencias de disciplina presupuestaria para los estados miembro y establece sanciones para lo que no cumplan. El MEE, en tanto, es un fondo de 500 mil millones de euros para rescatar a los países en problema.

El parlamento alemán aprobó ambos compromisos el 29 de junio, pero al día siguiente un grupo de abogados impugnó su legalidad, argumentando que transfieren mandato constitucional desde Alemania hacia Bruselas.

El MEE ya ha sido ratificado por catorce de los 17 miembros de la eurozona. Aunque ha sufrido tropiezos en Irlanda y Estonia, es la posición de Alemania la que importa más, ya que como la mayor economía de Europa, aportaría por sí sola más de 27% de los recursos.

Aunque los políticos alemanes están confiados de que superará el escollo, persisten los temores, ya que las consecuencias de un rechazo serían devastadoras. Una demora en la implementación del MEE dejaría a Europa sólo con los 240 mil millones de euros restantes de la Facilidad de Estabilidad Financiera Europea. El BCE, además, condicionó su plan de compra de bonos al inicio de operaciones del nuevo fondo. Pero un tropiezo en este punto, además, enviaría una señal muy negativa a los mercados. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, advirtió “provocaría una incertidumbre mucho mayor en los mercados, más allá de Alemania, y una enorme pérdida de confianza en la capacidad de la eurozona para aprobar las medidas necesarias con tiempo suficiente”. Y el economista Peter Bofinger es aún más drástico. “Sería una catástrofe económica que probablemente superaría el impacto del colapso de Lehman Brothers. Significaría de facto el fin de la eurozona”, aseguró a Bloomberg el asesor económico de Merkel.

Pero, la historia del lado de los líderes europeos, ya que el tribunal ha sido proclive antes al proceso de unificación. En 1993, su resolución permitió a Berlín ratificar el Tratado de Maastrich y en 1998, desestimó otro reclamo contra la unión monetaria.

Pero el tribunal constitucional germano no es la única incertidumbre que deberá resolverse ese miércoles. Las elecciones en Holanda también implican un riesgo, ya que el actual gobierno ha sido uno de los principales aliados de Berlín en su estrategia para enfrentar la crisis. Las últimas encuestas del 5 de septiembre le dan una estrecha ventaja al gobernante Partido Liberal, pero la campaña ha sido reñida y los candidatos de la oposición rechazan el ajuste fiscal y critican el plan de rescate europeo.



Con los ojos en España


Pero la crisis no dará respiro. Apenas dos días después de la fecha clave en Alemania, los ministros de Finanzas de la Unión Europea se reunirán el 14 de septiembre en Chipre. La isla está en negociaciones para recibir ayuda y a fines de mes podría convertirse en la quinta economía de Europa en ser rescatada. Pero más allá de los problemas de la pequeña economía, las autoridades intentarán acordar durante la cumbre los últimos detalles para la creación de una unión bancaria bajo la supervisión del Banco Central Europeo.

Sin embargo, todos los ojos estarán puestos en los representantes de España. Luego de que el jefe del gobierno, Mariano Rajoy, reconociera que su país podría recurrir al fondo de rescate, los funcionarios europeos han comentado que esta cita podría ser el momento elegido para definir el camino a seguir.

A comienzos de agosto, Rajoy dijo que su gobierno esperaría hasta que las condiciones de un rescate estén claras antes de tomar una decisión. “Tal como pedimos ayuda para el sector de la banca porque pensamos que sería bueno para España, cuando sepamos exactamente qué es lo que se está ofreciendo tomaré una decisión”, había adelantado el jefe de Estado. Y una de las principales incertidumbres, el plan de compra de bonos del BCE, ya quedó resuelta.

Sin embargo, aún es posible que quiera esperar hasta las elecciones en Galicia y el País Vasco, el 21 de octubre, antes de hacer un anuncio.



Esperando los números


La siguiente valla no tiene fecha fija, pero se estima que ocurrirá en algún momento en la segunda mitad del mes, cuando las autoridades españolas entreguen los resultados definitivos de la auditoría a sus bancos. España ya recibió una línea de crédito de Bruselas para el sector por 100 mil millones de euros, pero los hallazgos serán clave para determinar cuánto de la ayuda utilizará. Los resultados preliminares apuntan a que la banca necesitaría unos 62 mil millones de euros. Eso contempla un escenario en que la economía se contraerá 6,5% en tres años y los precios de las viviendas caerían 60% respecto de su peak. El ministro de Economía, Luis de Guidos, dijo a fines de agosto que probablemente la ayuda se ubicará en torno a esa cifra.

Pero si se anuncia un monto inferior volverá la desconfianza de los inversionistas sobre la validez de los escenarios utilizados para la revisión. Algunos analistas han señalado que se sentirían más tranquilos con un monto cercano a los 80 mil millones de euros, un nivel que también había sido sugerido por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los bancos españoles han sufrido un duro golpe por el colapso de una burbuja hipotecaria. A medida que crece el desempleo y caen los precios de las viviendas, se ha disparado la morosidad de los préstamos. Para cubrirse ante los riesgos, el gobierno ordenó a las entidades en febrero y mayo que eleven sus reservas a 82 mil millones de euros, equivalente a 45% de sus activos.

En medio de la turbulencia, el gobierno tuvo que nacionalizar Bankia, el tercer banco del país, que pidió al Estado una recapitalización por 19 mil millones de euros. Luego de que el banco anunciara a comienzos de mes pérdidas por US$ 4.450 millones en el primer semestre, el gobierno decidió adelantar una inyección de recursos por US$ 4.500 millones. Sin embargo, Oliver Wyman, una de las firmas auditoras, advirtió el viernes que las necesidades de Bankia podrían superar los 19 mil millones de euros solicitados.



Nos vemos en Luxemburgo


Los ministros de Finanzas de la eurozona volverán a encontrarse en Luxemburgo el 8 de agosto. Los observadores han señalado que esa será la fecha elegida para que “la trokia”, el grupo de acreedores conformados por el FMI, el BCE y la Comisión Europea, resuelvan la solicitud de Grecia para relajar las condiciones del rescate.

A cambio de dos paquetes de ayuda por un total de 240 mil millones de euros, Atenas se comprometió a recortar el gasto en 11.500 millones a 2014, pero en medio de unas complejas elecciones a comienzos de año, se ha ido rezagando en el cronograma y ahora pretende una prórroga hasta 2016.

Todo este proceso de tensas negociaciones podría cristalizar finalmente en un gran acuerdo durante la cumbre de jefes de Estado de la Unión Europea, que se celebrará en Bruselas el 18 y 19 de octubre. Lo que se resuelva entonces será clave para Grecia, pero también para España e Italia. Tras un encuentro con sus socios alemanes, a fines de agosto, el presidente francés, Francois Hollande, advirtió que los líderes europeos deberán llegar a la cita con las medidas para estabilizar al euro resueltas.
Pero la fecha que probablemente se alza como la más desafiante es la que cierra estos dos meses. Entre el 29 y 31 de octubre, España enfrenta vencimientos de deuda por 20 mil millones de euros. Los gobiernos europeos regresaron la semana pasada a los mercados de deuda y están disfrutando de menores costos de financiamiento. La semana pasada, España colocó 682 millones de euros en bonos a 2014 a una tasa de 2,79%, que se compara con el 4,70% que pagó en la subasta anterior, de junio.

Pero el calendario de colocaciones es largo. Tan sólo España e Italia contemplan seis remates en este lapso. Y si los líderes europeos no logran avance concretos a la crisis, las condiciones en el mercado empeorarán rápidamente, complicando la posibilidad de los gobiernos de seguir financiándose sin recurrir a la ayuda de Bruselas.

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