La decisión de la Reserva Federal de subir la tasa de interés y anticipar tres nuevos aumentos en 2017 está impactando con fuerza en el mercado de las dividas.
En el euro, por ejemplo, ha tenido un efecto fuerte, tan fuerte que está en mínimos de 13 años y muy cerca de perder la paridad con el dólar.
Hasta ahora, el euro había resistido por encima al menos de los US$ 1,05 durante 2016, pero hoy rompió ese soporte y llegó a situarse en US$ 1,040. De perder esa barrera, la carrera para llegar a la paridad podría ser inevitable.
Se trata de su cota más baja desde 2003.
Ayer, en la reunión más esperada del año, el banco central elevó la tasa de interés en 25 puntos base al rango de entre 0,5% y 0,75%. Fue la primera alza en doce meses y la segunda en una década.
Pero hasta ahí, todo estaba descontado por el mercado. Lo verdaderamente importante vino después, cuando la Fed adelantó que piensa en tres incrementos en el precio del dinero en 2017, más de lo que esperaban los expertos.
A diferencia de la Fed, informó Expansión, el Banco Central Europeo aún ni se plantea un ajuste al alza en las tasas de interés. El pasado jueves prorrogó de hecho sus estímulos al ampliar nueve meses el programa de compra de deuda que finalizaba en marzo de 2017.
Las diferencias drásticas en las políticas monetarias a uno y otro lado del Atlántico amenazan con prolongar la debilidad del euro. Las previsiones de una futura paridad con el dólar se abren paso en los informes de las firmas de inversión de cara a 2017.