La intervención coordinada de los ministros de Finanzas del G7 en los mercados de divisas logró detener el ascenso del yen japonés, ante el temor de los empresarios de ese país por una posible revalorización en los mercados.
La moneda asiática respondió rápidamente a esta medida sufriendo la mayor caída en más de dos años.
“En respuesta a los reciente movimientos en el cambio de divisas del yen asociados con los trágicos eventos sucedidos en Japón, y a solicitud de las autoridades japonesas, las autoridades de EEUU, Reino Unido, Canadá y el Banco Central Europeo se unirán a Japón, el 18 de marzo, en una intervención concertada de los mercados de divisas”, aseguró el G-7 en un comunicado.
Se trata de la primera intervención conjunta del G-7 en la última década. La última vez que el organismo tomó una medida similar fue en septiembre de 2009, cuando actuó de manera coordinada para reflotar el recién creado euro.
La divisa nipona alcanzó ayer sus máximos desde la II Guerra Mundial ante la expectativa de que los inversionistas japoneses vendan sus activos denominados en divisas para repatriar capitales.
El Banco de Japón, interesado en un yen débil para fomentar sus exportaciones, ha anunciado que "espera firmemente" que la acción concertada del G7 en el mercado de divisas contribuya a una formación estable de los precios.
La cotización de la divisa nipona frente al dólar estaba en los 79 yenes por unidad en la apertura de la bolsa de Tokio, pero tras la decisión del G-7 se depreció ya casi un 3,5%, para situarse en 81,74 yenes por dólar.
Además, el Banco de Japón ha vuelto a ofrecer esta mañana, por quinto día consecutivo, una inyección de capital para estabilizar los mercados financieros. El banco central nipón ha insuflado en esta ocasión 3 billones de yenes, algo más de 26.000 millones de euros.
Buen comportamiento del Nikkei
En ese contexto, el Nikkei se recuperó con una ganancias de 2,72% y hasta los 9,206 puntos.
Las acciones de Tokyo Electric Power, la empresa que opera la planta nuclear de Fukushima, se han revalorizado un 18,8%, después de que cayeran un 62% en los últimos cuatro días.
Pese a ello, el selectivo de la Bolsa de Tokio despidió la semana con una caída acumulada de 9,99%.