Por José Manuel Duarte
Como una situación “grave” califica el secretario general de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO por sus siglas en inglés), David Wright, el escándalo relacionado con la manipulación de la tasa Libor, que se destapó este año.
“Lo que tenemos aquí es una manipulación de los fundamentos mismos del mercado, que son los números”, explica el ejecutivo.
“El escándalo ha sido un golpe significativo para las agencias reguladoras. (…) El proceso de cálculo de la Libor era defectuoso, en la medida en que era artificialmente manipulable. Y así resultó ser. Los ejecutivos en las compañías encargadas de proveer los datos para el cálculo no revisaban la veracidad de éstos al recibirlos de los operadores, y es por eso que la IOSCO está elaborando ahora una serie de políticas y principios para evitar que algo así vuelva a suceder”, explica Wright.
Para el ejecutivo, que un escándalo de este tipo aparezca en Europa en este momento “no hace nada para mejorar el clima de desconfianza que existe actualmente” en los mercados del Viejo Continente.
“La industria financiera tiene que entender que debe continuar comportándose de buena manera o la regulación sobre ella continuará creciendo cada vez más. Los actores del sector tienen que elegir entre cumplir con las reglas, o el marco regulatorio seguirá expandiéndose, sin duda alguna”, sentencia.
Mercados integrados
Wright es uno de los autores de la Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros (MiFID por sus siglas en inglés), el marco regulatorio único para los 27 mercados financieros que componen la Unión Europea, además de Islandia, Noruega y Liechtenstein.
Y dentro de este acuerdo la interoperabilidad de estas plazas -esto es, que para los operadores sea indistinto trabajar en una u otra bolsa- es una pieza esencial, según el representante de la Iosco.
“Con el tiempo, creo que los países se darán cuenta de que integrar sus mercados financieros tiene sentido. Si las compañías que operan en éstos tienen que cumplir en cada una de las economías reglas distintas, si quieren operar en ellas, se vuelve algo muy costoso. Entonces suena lógico que se integren. Porque de lo contrario lo que puede suceder es que el poder de negociación dentro del mercado se concentre en unos pocos”, afirma, agregando que tener un único marco regulatorio además permite a los actores más pequeños tener una mejor posición.
Panorama en América Latina
Aunque no está familiarizado con la estructura del MILA, Wright indica que cualquier tipo de integración en América Latina es positivo, ya que “mientras más intercambios se den entre las distintas bolsas, más oportunidades se darán para conversar, para generar políticas de regulación conjuntas, de aprender de cada una; y esto es cierto también para el resto del mundo”.
El ejecutivo de Iosco está consciente del trabajo que significa integrar mercados que pueden ser muy disímiles, pero en su experiencia los beneficios son igualmente importantes. “Lo que entrega la interoperabilidad es que crea mercados más profundos, más líquidos, más competitivos y reduce significativamente los costos de financiamiento para las empresas en todo ámbito. Y creo que los beneficios que hemos visto en Europa son igualmente repetibles en esta parte del mundo”, concluye.