No ha sido un año fácil para la renta variable española. Si en 2011 el IBEX 35 retrocedió más de 13% arrastrado por la profunda crisis de la zona euro, durante este ejercicio no ha logrado remontar y al cierre de ayer acumula un repliegue que supera el 20%.
Debilitado por el desempeño del sector bancario en las últimas jornadas, el índice español cerró sus operaciones de ayer con una caída de 2,77%, hasta las 6.812 unidades. Con este recorte el selectivo de Madrid descendió hasta su nivel más bajo desde octubre de 2003.
La incertidumbre sobre el costo final del plan del gobierno español para rescatar a su golpeado sistema bancario afectó con fuerza a la mayoría de las plazas del viejo Continente y también a Wall Street.
Sumado a lo anterior, los resultados de las empresas españolas no trajeron buenas noticias para los inversionistas. Además de la banca, que dejó a Santander y BBVA con bajas de 4,52% y el 4,73%, respectivamente, el selectivo se encontró con el severo revés a las cuentas trimestrales de Mapfre (-6,27%) y la fría acogida de los de Endesa (-1,36%). La eléctrica ganó un 7,2% menos por la caída del negocio en España. Con este nueva baja, el IBEX se mantiene como el índice que más cae en 2012 dentro de sus pares europeos. Y la desconfianza de los inversionistas sigue concentrada tanto en su desempeño bursátil como en la creciente incertidumbre política de Grecia.