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Cultura e innovación: el modelo catalán para aumentar la tasa de reciclaje

El desafío de la estrategia liderada por el sector público es enfocarse en un sistema más personalizado, con mayor control de lo que reciclan los habitantes.

Por: Kamila Cortez | Publicado: Miércoles 20 de septiembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Cataluña es considerada pionera en España por su gestión de residuos, un modelo que ha permitido llegar a un porcentaje de reciclaje del 39%, según la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC). Pese al avance, hay oportunidades de seguir mejorando y recliclar 60% de los residuos a 2030, meta exigida por la Unión Europea.

El sistema catalán es liderado por el sector público, por la ARC, que se encarga de la gobernanza y dar las directrices generales en esta materia. No obstante, cada municipio puede tener un sistema diferente, según sus particularidades y el rol de las empresas privadas se remite a la recolección y tratamiento de los desechos, explica Miquel Rovira, director de Sustentabilidad del Centro Tecnológico de Cataluña, Eurecat, quien visitó Chile para participar de eventos de turismo sustentable, invitado por Eurochile.

El sistema partió hace 30 años y la clave del éxito, asegura, ha sido la concientización de la población. “Se puede implementar la mejor tecnología y es claro que las herramientas están disponibles, pero sin la adecuada separación de origen a cargo de cada ciudadano el modelo no funcionaría”, afirma Rovira.

En términos tecnológicos, también están avanzados, por ejemplo, en Barcelona, los contenedores urbanos tienen sensores que alertan a una central cuando copan su capacidad.

En los municipios conviven puntos públicos de recolección según tipo de desecho y un sistema de recogida domiciliario. Aquí, la tarea de los habitantes es depositar los residuos en bolsas que tienen un límite máximo de volumen, asociado a un cobro anual.

Los resultados del modelo se reflejan en el alza del reciclaje de envases por ciudadano en 2016, respecto de 2015, según el Informe anual de Ecoembes (ONG medioambiental). En detalle, el aporte de plástico, latas y briks fue de 15,5 kg. por habitante, aumentando 2,79%, y en papel y cartón fue de 19,7 kg., con un incremento de 0,77%.

Innovación y fiscalización

Los catalanes aún pueden seguir mejorando estas cifras, asegura el experto. “Aunque la mejor solución siempre será prevenir, es decir, cambiar los hábitos de consumo minimizando los residuos que se generan, en la actualidad hay espacio para mejorar los sistemas de recolección puerta a puerta con más innovación, aumentar la fiscalización e incrementar las tasas”, plantea Rovira.

El experto comenta que entre las propuestas para mejorar el sistema se encuentra generar un retorno económico por la gestión de los desechos y aumentar las tasas que se cobran a los habitantes.

“Hay que revisar las experiencias internacionales. Las herramientas están disponibles, se pueden ver bolsas con chips incorporados o tecnología que permite una mayor fiscalización. Para avanzar en esto hay que generar mayor Investigación y Desarrollo, no sólo en el ámbito de la recolección, sino también en el tratamiento”, asevera Rovira.

En este contexto, Eurecat participa en el proyecto Urbanwins -del programa de la UE Horizonte 2020- que busca mejorar la calidad de vida de las ciudades a través del desarrollo de estrategias sostenibles e innovadoras en la gestión de residuos urbanos. La iniciativa, que tiene una duración de tres años, estudiará el impacto de las conductas, hábitos de consumo y cultura de cada ciudad en la generación de residuos.

Gestión personalizada

Rovira afirma que el principal reto del modelo apunta a personalizar la gestión de los residuos. Esto, reproduciendo lo que han logrado países como Austria o Alemania, que tienen mejores cuotas de recuperación con sus sistemas.

“Más que un modelo compartido de gestión de los desechos, es un método personalizado, donde el ciudadano se acerca, por ejemplo, a una máquina donde deposita una botella de vidrio y por esta acción, recibe un pequeño incentivo económico, quedando un registro de esta acción”, explica.

El sistema catalán funciona de manera anónima, la tendencia en los próximos años será implementar tecnología que permita tener un control personalizado de la gestión de residuos identificando la participación de cada habitante.

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