Fueron hechos absolutamente simultáneos. Este lunes 8 de septiembre, a las 9.30 de la mañana, mientras el entonces presidente del directorio de TVN, Francisco Vidal, le daba las últimas vueltas a la renuncia a su cargo sentado solo en su oficina; directivos del mismo canal firmaban un convenio con CENIA (Centro Nacional de Inteligencia Artificial) e Idemax para potenciar con tecnología la gestión y la producción en la señal estatal. Así, mientras uno se preparaba para dejar el barco; los otros seguían remando para mantenerlo a flote. Ambas reuniones se realizaban, además, al lado: la sala donde estaba el grupo liderado por la directora ejecutiva, Susana García, es justo la contigua a la que ocupaba el militante PPD.
Habían sido días movidos. El canal, y especialmente Vidal, habían recibido la semana anterior dardos desde el candidato José Antonio Kast y su asesor Cristián Valenzuela, que ponían en tela de juicio la pluralidad de TVN. Las críticas se deslizaban incluso al trabajo de su Departamento de Prensa. Quienes vieron a Vidal en esos días, comentan que el tema lo tenía realmente complicado: él resiste los golpes cuando se los dan directo, ya que es un político fogueado, pero es distinto cuando se sembraba la desconfianza sobre TVN y sus periodistas. Eso, dicen, lo superó.
Vidal, con la decisión tomada, envió ese lunes una carta con su renuncia a La Moneda. Luego, a las 3 de la tarde, pidió reunirse con Susana García y su equipo directivo para contarles de su salida. Varios se mostraron sorprendidos.
Más tarde, antes de las 4 pm, se reunió con los dirigentes de los sindicatos, para lo cual ocupó la sala de reuniones del directorio, en el tercer piso del canal. Para entonces, ya les había avisado también a los otros miembros del directorio del canal. El remate del día fue un comunicado que envió, por mail, a todos los trabajadores de la estación televisiva, donde repetía los mismos argumentos que mandó a los medios de comunicación: daba un paso al costado para no poner el juego la pluralidad que caracteriza al canal y que ahora se ponía en duda. Al interior de TVN muchos no se explicaban por qué alguien con piel dura como Vidal, ahora había levantado bandera blanca. “Nadie esperaba en el canal que el presidente del directorio renunciara”, confiesa un funcionario.
El martes y el miércoles, comentan fuentes internas, fueron de calma. No hubo más reuniones. Se respiraba, incluso, cierto alivio. “La salida de Vidal de alguna forma descomprimió el estado de ánimo y el canal salió de la línea de fuego en la prensa, lo que nos tenía incómodos. Se dejó de discutir acerca de su pluralidad”, cuenta un trabajador.
El jueves en la tarde se realizó la primera reunión del directorio sin Vidal. Estaba programada de antes, ya que están calendarizadas jueves por medio. La dirigió la periodista Pilar Vergara, quien en su calidad de vicepresidenta del directorio debe subrogar el cargo de presidente hasta que el gobierno designe un nuevo titular. En la reunión, que duró cuatro horas y se desarrolló con tranquilidad, no se habló de Vidal ni las circunstancias de su salida: más bien se centró en presentaciones de directivos del canal sobre proyectos futuros.
Como broche de la semana, el sábado poco antes de mediodía el canal informó en un comunicado sus resultados financieros del primer semestre 2025. Si bien los resultados del período fueron negativos en $ 7.507 millones, representan una mejora de $ 3.375 millones respecto de 2024. O sea, un 31% de reducción de pérdidas, que se explica principalmente por un significativo ahorro en los costos.
Como los estados financieros del canal siempre se revisan con anticipación en las reuniones del directorio, es seguro que Francisco Vidal ya manejaba estas cifras cuando decidió su salto al costado.