Al interior de LarrainVial dicen que no fue una sorpresa. Pero algunos dudaban de que llegado el momento, Fernando Larraín Cruzat —socio y presidente ejecutivo de la compañía— dejara el cargo al cumplidos los 65 años (tiene 66), tal como lo había prometido 12 años antes. El anuncio oficial se hizo el lunes: “Tanto Juan Luis Correa como Leonardo Suárez y, quien les escribe, dejaremos nuestra calidad de socios a partir de esa fecha, por haber cumplido 65 años, edad de retiro establecida en nuestros acuerdos societarios”, señaló en una carta interna Larraín, al mismo tiempo que hizo público que sería Andrés Trivelli —actual gerente general de la Corredora de Bolsa—, quien a partir del 2 de enero asumirá como gerente general de LarrainVial S.A.
El comentario en el mercado fue que Trivelli en la práctica reemplazará a Larraín, quien lideró el buque durante 11 años y ahora, fuera del día a día, quedará como presidente de la empresa. Con esto se cumple un hito: por primera vez en 91 años de historia, la administración no estará en manos de un miembro de las familias controladoras (antes de Larraín, el cargo lo tenía Leonidas Vial, dueño de un 38% de la compañía).
Ingeniero civil industrial de la Universidad de Chile y MBA en Cornell, Trivelli ha trabajado 21 años en LV. Sus cercanos aseguran que su nombramiento se viene conversando “desde hace un buen tiempo”, y que lo habló personalmente con distintos representantes de los controladores: Carlos Larraín Peña, la familia Prieto Larraín y los hijos de Leonidas Vial.
El recambio ocurre precisamente cuando la financiera pretende dejar atrás un difícil episodio: la polémica por el fondo Capital Estructurado que la gestora armó para saldar las deudas de Antonio Jalaff. Este lunes la Corte Suprema dejó sin efecto la resolución de la Corte de Apelaciones y confirmó la suspensión del proceso penal contra los ejecutivos de LarrainVial en el caso Factop. En otras palabras, respaldó la salida alternativa pactada entre las partes, lo que permite cerrar el procedimiento penal contra la empresa, sus exdirectores y colaboradores, siempre que se cumplan las condiciones establecidas en dicho acuerdo.
La lección del baby fútbol
Andrés Trivelli González (53) nació en Santiago y creció en La Dehesa, cuando ese sector —cercano a la Clinica Alemana— era campo. Estudió en el colegio Saint George, en la misma generación que el candidato presidencial Marco Enriquez-Ominami, el socio de Unholster Cristóbal Huneeus y la actriz Antonia Zegers.
Su abuelo Hugo Trivelli fue ministro de Agricultura de Eduardo Frei Montalva, y su tío Marcelo Trivelli, intendente de la RM durante el gobierno de Ricardo Lagos. Su padre es profesor universitario, y su madre abogada, y ha trabajado siempre en causas sociales. Quienes lo conocen comentan que a diferencia de sus familiares DC, él se siente más cercano a la centroderecha; dicen que le gusta escuchar U2, y que celebró sus 50 años en el restaurant Miraolas de Casa Costanera.
Trivelli surfea desde los 12 años , y siempre le gustó el fútbol, pero —según quienes compartieron cancha con él— no era bueno con la pelota. Entró a Ingeniería Civil en la Universidad de Chile, con un buen puntaje en la PAA, pero repitió el primer año. Entonces se dedicó ese año a organizar y armar un equipo de baby fútbol en la universidad, al que convocó a los mejores jugadores. Y puso una sola regla: no se aceptarían comentarios negativos entre compañeros de equipo. Ese equipo llegó a la final y perdió contra el que había sido ganador los últimos 5 años. De ahí en adelante —según un miembro de ese plantel— el equipo de Trivelli no perdió ningún partido durante los siguientes 5 años de carrera. Ese ejemplo, comenta un cercano, describe su estilo para trabajar: equipos con la cultura adecuada logran éxitos.
Tras titularse ingresó en 1998 a Doña Inés de Collahuasi al área comercial, y de ahí pasó al área de ingeniería. Cuando se dio cuenta que no quería dedicarse a la minería se fue a EEUU a estudiar un MBA en Cornell.
De vuelta, en 2004, entró a LarrainVial.
El origen de Dominga
Partió trabajando en la mesa, en renta fija. En 2008 se movió al área de distribución de fondos, y desde 2014 es gerente general de la corredora de bolsa.
Quienes han trabajado con él le reconocen cuatro hitos: la creación de LVA Índices; la compra de Termocandelaria en Colombia en 2005; el levantamiento del fondo Blackstone 6 y la compra de la minera Dominga.
Cuentan testigos que ocurrió el 23 de diciembre de 2008, mismo día de su cumpleaños. Trivelli con José Antonio Jiménez venían negociando con el síndico de quiebras australiano de Tamaya Copper Group para comprar las pertenencias mineras, que entonces creían que eran de cobre.
Era plena crisis subprime, y ese 23 de diciembre el síndico —quien ya quería regresar a su país a celebrar la Navidad— les dijo que CAP le había ofrecido pagar US$ 3,8 millones por las pertenencias. La contrapropuesta de LV fue pagarle de inmediato US$ 300 mil y en abril próximo —cuatro meses después— hacer un desembolso por US$ 4,1 millones más. Ese día se cerró el acuerdo, y Trivelli con Jimenez fueron donde Larraín Cruzat a avisarle que habían comprometido US$ 300 mil y que armarían un fondo para levantar el restante.
Con el ok del presidente de la compañía armaron el fondo Minería Activa Uno, donde entre 31 aportantes, entraron Sebastián Piñera —a través de Mediterráneo—, y el family office de Fernando Larraín Peña, hijo del fundador de LV.
Tres años después, el fondo se vendió en cerca de US$ 150 millones a Carlos Alberto Délano, y la familia Garcés Silva, actuales dueños del polémico proyecto de hierro, que tras 15 años finalmente recibió luz verde.
En el caso de Termocandelaria, una compañía generadora en Colombia que estaba en quiebra, fue una negociación que Trivelli y Martin Engel (ex socio de Finanzas Corporativas) llevaron a cabo con Fernando Tisné, socio de Moneda, con Bank of America y Center Solutions, quienes tenían la mayor parte de los créditos de la firma. Un testigo de la operación cuenta que entonces Termocandelaria tenía un Ebitda de US$ 1 millón. El fondo que compró el control de la empresa, donde participa LV, sigue siendo accionista de la compañía colombiana, y el Ebitda del año pasado fue de US$ 160 millones.
Cascadas y Sierra Bella
Sin embargo, no todo ha sido dulce en estas dos décadas. Hay dos complejos episodios que el nuevo gerente ha debido sortear. El primero, el Caso Cascadas. Fue en ese contexto que tras la renuncia de Manuel Bulnes a la gerencia general de la corredora en 2014 —tras ser multado por la SVS (hoy CMF), junto a Leonidas Vial y LV Corredores de Bolsa— que Trivelli fue nombrado en el cargo que ocupaba Bulnes. La firma está a la espera del pronunciamiento de la Corte Suprema, luego de que la Corte de Apelaciones revirtiera las sanciones aplicadas por el regulador.
Otro momento duro fue el Caso Sierra Bella, donde la Fiscalía formalizó a LarrainVial y dos de sus ejecutivos del área de cumplimiento por lavado de activos por negligencia inexcusable. Ahí Trivelli salió públicamente —cuestión que no suele hacer— y en una entrevista defendió a la empresa de la acusación. Finalmente fueron sobreseídos.
“(Trivelli) es de los que piensa que hay que parar las cosas cuando están empezando y ser proactivos para enfrentar situaciones complejas. Él cree que hay que partir tomando la delantera en el relato”, asegura una fuente cercana. “Eso le ha faltado a LV”, añade.
A futuro
Quienes han conversado con él por estos días aseguran que está estudiando bien las distintas áreas antes de elaborar un plan con cambios. Pero que ha señalado que LV —fuera de los titulares por el caso Factop— está en un buen momento: con viento de cola en Latinoamérica, con un negocio diversificado y buenos resultados en el área de finanzas corporativas, sales & trading, banca privada y asset management.
¿Por dónde ve el crecimiento de la empresa? En el hemisferio norte. Hoy 70% del negocio de LV está en Chile, el 30% restante está entre EEUU, Colombia, Perú y México. Lo que sueña Trivelli —asegura una persona que lo conoce bien— es crecer en Norteamérica y Europa para jugar en las grandes ligas.
Ha comentado también que una de las lecciones que ha aprendido post Factop es tomar más en consideración eventuales riesgos en los negocios que día a día les toca analizar, sobre todo en el impacto que estos puedan tener en la marca. Y que espera que cuando termine su gestión, las 920 personas que trabajan allí se sientan orgullosas de LV.
Por lo pronto, este viernes terminó su período como presidente de los vecinos de Punta Puertecillo, el condominio de la VI Región donde tiene casa y suele escaparse a surfear cada vez que puede.
Consultado por DF MAS, se limitó a responder: “Soy católico, marido, papá, amigo, socio de LarrainVial y después de esos y otros aspectos, también soy gerente general de esta empresa desde el 2 de enero”.