Edgar Pape, Presidente ejecutivo de Molymet: “Nos interesa mucho el mercado de EEUU. También tener alguna instalación productiva en Asia”
En su primera entrevista, el máximo ejecutivo de la firma que ostenta la mayor participación mundial en el molibdeno, con el 36% de la torta, aborda la compra de la compañía Rhenium Alloys en EEUU anunciada hace algunas semanas. La operación insertará a Molymet de lleno en la cadena de valor de la industria de semiconductores, una de las tres industrias que la compañía definió como estratégica para crecer, junto a la aeroespacial y a la de los implantes médicos. “Tenemos que seguir agregando valor y seguir mirando opciones de M&A”, asegura.
Por: Por Azucena González Foto: Verónica Ortiz
Publicado: Sábado 8 de noviembre de 2025 a las 21:00 hrs.
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“Cada vez que alguien se va a operar y entra al pabellón, Molymet está ahí presente. Cada vez que se sube a un avión, ahí está presente, porque las turbinas van con material nuestro. Prácticamente todos los transbordadores de la NASA tienen que tener molibdeno”. La frase es de Edgar Pape Arellano, el ingeniero civil de industrias de la Universidad de Chile, quien desde hace casi dos años es presidente ejecutivo de Molymet, una firma en la que cohabitan capitales chilenos y austríacos y que es uno de los grandes actores mundiales en la industria del molibdeno.
Para entender su magnitud: en el mercado global -excluyendo China-, Molymet es el número uno en el mundo, con un 36% de la participación mundial en el molibdeno. Con ventas que suman unos US$ 2.500 millones al año y con actividad con plantas productivas en Chile, México, Bélgica y Alemania, Molymet en México procesa el 80% de todo el molibdeno del país azteca. En Chile, ese guarismo está en torno al 50%, a partir de contratos de largo plazo con prácticamente todas las compañías mineras de América.
Otro dato que refleja la importancia de Molymet en el mundo es que, desde septiembre pasado, Pape -quien lleva 22 años en la compañía y es el cuarto máximo ejecutivo en la historia de la firma- asumió la vicepresidencia de la Asociación Mundial de Molibdeno, entidad que, tal como la industria del cobre, tiene su sede en Londres. Como asociación mueve más de US$ 16 mil millones en el mundo y la preside un representante de Río Tinto.
Ahora en octubre, en Molymet cumplieron 50 años de vida desde que comenzaran en 1975 trabajando con el molibdeno, aunque los prolegómenos de la empresa datan de 1930, cuando dos emigrantes, Antonio Gianoli y George Mustakis, partieron con un negocio de frutos secos y luego fueron desarrollando diversos proyectos en el área metalurgia, carbón y energía, centrales hidroeléctricas, producción de aceros de carburo y de partes y piezas para el ferrocarril.
En el ‘75, después de muchas pruebas hechas en un horno piloto ubicado en la zona de Nos, donde actualmente sigue funcionando una de las plantas productivas de Molymet en Chile, en la comuna de San Bernardo -180 hectáreas totales, de las cuales 30 son productivas-, vio la luz Molibdenos y Metales (Molymet), creciendo con este subproducto de la minería del cobre, que hoy es el core de la firma.
Se trata de un elemento químico, un mineral, que se ha erigido como un componente estrella para fabricar aleaciones en la industria acerera, debido a sus propiedades, como alta resistencia mecánica y a las temperaturas, y por su resistencia a la corrosión. Por eso la industria acerera lo usa para fabricar muy diversos productos, desde las turbinas de aviones, transbordadores de la NASA, la electrónica avanzada -incluidos los teléfonos-, hasta satélites.
“Nosotros estamos ahí porque nuestros productos hacen que ese acero que se ocupa, soporte más. Lo mismo en la industria eólica, con las turbinas que cada vez son más grandes. La única forma de hacer que sean más grandes es que parte de la estructura tenga molibdeno. De otra forma el acero no soportaría ese tamaño y peso”, grafica Pape, quien también desde el jueves asumió la presidencia de la Red de Empresas Inclusivas de SOFOFA, que agrupa a compañías que abogan por la inclusión laboral de personas con discapacidad. El ejecutivo agrega: “Nuestros productos por supuesto que llegan a la Nasa. No somos proveedores directos, pero sí somos proveedores de los proveedores”.
“Ahora entramos en fase de crecimiento”
“En Molymet tuvimos un 2024 de estabilizar resultados. 2025 fue de eficiencia. Y ahora entramos en fase de crecimiento”, dice Edgar Pape, lo que se traduce en que hoy el directorio de la firma está elaborando un plan a cinco años. Al explicarlo a DF MAS, las palabras crecimiento y M&A afloran a cada rato durante la conversación con el presidente ejecutivo de la empresa. ¿El foco? Tres industrias y en las que Molymet quiere avanzar en productos de mayor valor agregado.
“El año 2025 nos planteamos que teníamos que eficientar nuestro negocio, replantear las operaciones que tenemos en el mundo -porque los activos en Chile deben ser el 50%-, y a mediados del 2025 dijimos que teníamos que empezar a crecer (…) Nosotros tenemos un plan donde definitivamente queremos avanzar en valor. Queremos hacerlo rápido y una de las vías más convenientes para poder hacerlo son los M&A. Por lo tanto, estamos buscando oportunidades”.
- ¿En qué consiste este plan?
- Hay tres áreas que nosotros hemos definido como objetivo. Son industrias que están avanzando y que en los próximos cinco años van a hacer un gran cambio en cómo está viviendo la gente. La primera es la aeroespacial. Tenemos contratos de largo plazo con los fabricantes de turbinas hasta por más de 10 años en Estados Unidos. En segundo lugar, está la industria de los implantes médicos, pues se ha comprobado que el molibdeno y en parte el renio, son mucho mejor biocompatibles que los metales que existen hoy. Hemos hecho una alianza con una compañía en Estados Unidos que produce implantes médicos, MiRus, que ya obtuvo la aprobación de la FDA para poder producir los implantes médicos con nuestros metales.
Nosotros creemos que esta es la nueva generación de implantes médicos -para la columna, pies, etc-, y también están produciendo la nueva generación de stent para el corazón. Y la tercera industria, es la de semiconductores. Estas tres industrias necesitan de nuevas aleaciones y nuevos metales. Los implantes médicos se hacen hoy de titanio, pero necesitan un grosor mucho más grande. El molibdeno y el renio hacen que se pueda ocupar una lámina muy delgada, muy poco invasiva y biocompatible.
- ¿Por dónde va a venir la demanda?
- En el mundo de los semiconductores se necesitan metales que puedan aumentar la eficiencia en la industria de la inteligencia artificial. En la industria aeronáutica, nunca había habido tantos pedidos de aviones y nunca habían sido aviones tan grandes. La industria de la defensa, que está relacionada con todo esto, también es algo que ha avanzado.

“Es la puerta de entrada hacia los semiconductores”
Dentro de este plan se inserta un reciente anuncio que hizo Molymet: la compra de la firma Rhenium Alloys, ubicada en Ohio, en Estados Unidos, lo que dará pie a su quinto mercado con actividad productiva, con una inversión de unos US$ 36 millones. Se trata de una geografía que ya estaban mirando y para la que habían creado en Estados Unidos la plataforma Molymet Alloys.
“Es una compañía familiar que también cumple aproximadamente 50 años. El fundador falleció, sus hijos son los que quedaron en la administración, y decidieron el año pasado iniciar un proceso de venta. No éramos los únicos que estábamos en este proceso, pero hacía todo el sentido (…) No todos tenían el conocimiento que nosotros tenemos de la industria”, cuenta Pape sobre una operación para la que fueron asesorados por Econsult, y que esperan se materialice antes de junio próximo, considerando que necesitan la autorización del área Defensa en Estados Unidos -el Comité de Inversión Extranjera en los Estados Unidos, CFIUS, que revisa el impacto en la seguridad nacional de ciertas inversiones extranjeras-, dado que Rhenium Alloys produce partes y piezas que pueden ser ocupados en industrias que hoy en día tienen ciertas protecciones en Estados Unidos.
Para que se materialice este M&A, por tanto, falta. Sobre todo, considerado que en la actualidad está cerrado el gobierno de Estados Unidos, el llamado “shutdown” o bloqueo presupuestario. De ahí el plazo que estima Pape. “La verdad es que no hay ningún problema. Pero es un proceso que se demora. Nosotros tenemos una excelente relación con el management, somos parte de la estrategia que están siguiendo, la estamos delineando ya”, precisa.
- ¿Qué les aportará Rhenium Alloys?
- Lo que hace es que avanza en valor. Hacen partes y piezas semielaboradas para otras industrias. Esto es el siguiente paso en el valor agregado a los productos, una barra, un alambre. Por lo tanto, nosotros empezamos a capturar valor de la siguiente etapa y empezamos a participar en las industrias que nosotros queríamos. Porque Rhenium Alloys tiene el 50% de su negocio dedicado a semiconductores. Nosotros vamos a ocupar esta base para poder crecer.
Estamos trabajando en los planes de expansión de esta compañía. Por lo tanto, si bien es una inversión que para Molymet no es tan grande en términos de su activo -va a significar el 5% de nuestros activos-, sí tiene un potencial súper grande. Vamos a poder hacer partes y piezas semielaboradas. Por lo tanto, avanzamos en productos de valor.
Segundo, estamos incorporando un nuevo metal a nuestro pool de metales, tungsteno. Y tercer lugar, 50% de este negocio está orientado a la industria de los semiconductores. Por lo tanto, es la puerta de entrada hacia los semiconductores. Esas son las tres cosas que nos va a aportar esta industria, que es una compañía pequeña para lo que es Molymet, pero que nos va a dar una gran base y plataforma para poder seguir avanzando.
- ¿Que más viene?
- Vamos a acelerar este proceso inorgánico. No descartamos seguir creciendo en los próximos meses.
- ¿Están ya participando en otro proceso de M&A?
- No, pero estamos muy atentos.
- ¿Siempre en Estados Unidos?
- Nos interesa mucho el mercado de Estados Unidos, donde están pasando los grandes cambios tecnológicos. También tener alguna instalación productiva en Asia es algo que debiera volver a revisar Molymet en los próximos años. Pero no es algo que hoy día está en la primera línea de lo que estamos buscando, sino que estamos viendo Estados Unidos, en estas tres industrias. Estamos atentos a oportunidades de M&A que puedan existir en Estados Unidos para poder seguir creciendo, en caso de que se presenten compañías para poder comprar.
- Ustedes ya estuvieron en China hace algunos años y vendieron.
- Fue hace hartos años. No funcionó en los niveles de rentabilidad que se creía. Lo que se hizo fue vender y ocupar esos fondos en otra cosa. Creo que nuestro foco, como primer paso, sería explorar los países que están en Asia, no China. Tienen otras ventajas en términos de mano de obra.
- ¿Por qué no China?
- China es un mundo distinto en términos de molibdeno. Ellos no exportan ni una gota de molibdenita. Internamente lo transforman todo hasta llegar al producto final. Por lo tanto, son industrias súper protegidas.
- ¿Cómo van a financiar estos US$ 40 millones en Rhenium Alloys?
- Hoy en día somos una compañía investment grade, que mantenemos un nivel de caja con un ebitda de US$ 180 millones al año. Con los fondos propios podemos seguir avanzando.
- Ustedes ya tuvieron una operación en Estados Unidos, Molycorp, que no terminó bien, pues tuvieron que castigar como US$ 600 millones.
- Fue una mala historia.
- ¿Por qué ahora no debería repetirse con esta operación? ¿Por qué esperar ahora resultados distintos?
- Ese era el mundo de la minería, que no es nuestro core.
- ¿Qué más contempla este plan a cinco años?
- Tenemos que seguir agregando valor y seguir mirando opciones de M&A, porque de otra forma nos vamos a quedar definitivamente en la primera parte de la cadena y vemos que las nuevas industrias están más adelante. Estamos apuntando a dar el paso a la siguiente parte de la cadena de valor.
- ¿En esta decisión influyó la situación arancelaria de Estados Unidos?
- La situación arancelaria para Molymet está siendo un desafío y eso se refleja con nuestra visita a la Casa Blanca, junto con la Sofofa, hace unas semanas atrás. Nos juntamos con la gente de minerales críticos. Hoy día Molymet abastece el 25% del molibdeno que se consume en Estados Unidos. Somos los segundos, pues tienen producción propia. Y por supuesto que esta situación arancelaria lo que está haciendo es que nuestro mix de productos se ve afectado. Estamos buscando la forma de poder mover nuestras producciones a distintas partes del mundo.
- ¿Cómo en concreto?
- Tuvimos que mover parte de lo que producíamos en Chile a producirlo a México. Y de México estamos abasteciendo ahora al mercado americano. Antes lo abastecíamos desde Chile y ahora desde México, porque México no tiene arancel todavía. Chile está con el 10% de arancel. Ha hecho que tengamos que reconfigurar nuestras operaciones y nuestras ventas. Chile está abasteciendo a Asia y México está abasteciendo a Estados Unidos.
- ¿Se ven visos de solución?
- Yo creo que la situación de aranceles llegó para quedarse y vamos a tener que repensar bien cómo vamos a reconfigurar nuestras operaciones en términos de venta.
- ¿Quieren avanzar también hacia otros minerales?
- Con la compra de Rhenium Alloys avanzamos a tungsteno. Nuestro foco es avanzar hacia aleaciones especiales. Vamos paso a paso. Por lo menos hoy día tenemos tungsteno, que solamente está en Estados Unidos.
- En este panorama, ¿el litio juega un rol para ustedes?
- Nosotros estuvimos mirando el litio, pero hemos decidido enfocarnos en lo que hacemos: minerales metálicos principalmente, y que estén relacionados con aleaciones. Avanzar en productos de mayor valor agregado, y también hay una veta que debiéramos analizar en los próximos años, que tiene que ver con el reciclaje de estos mismos metales. Eso debiera estar en nuestro radar.
- Con el auge de la electromovilidad, los semiconductores, data centers, la inteligencia artificial, ¿en qué se va a aterrizar todo esto para Molymet?
- Creo que los nuevos desafíos y desarrollos, energía verde, electromovilidad, la industria médica -una industria que está creciendo salvajemente-, tienen un mundo de posibilidades hacia adelante y van a necesitar del desarrollo e innovación en materias primas. Y ahí estamos nosotros y vamos a tratar de capturar estas oportunidades. Pero necesitamos que las calidades de nuestros productos sean mucho más puras. Y en eso estamos trabajando. Un par de ejemplos. En energías verdes, el molibdeno está avanzando en la industria del hidrógeno verde para que sus hidrolizadores puedan ocupar renio y sustituir al platino.
La industria médica no solamente está avanzando en nuevos metales que sean mejor biocompatibles que los que se ocupan actualmente y que sean más delgados, sino que también está avanzando en partes de equipos que puedan detectar más rápidamente las enfermedades. Por ejemplo, nuestro molibdeno se está ocupando en las nuevas generaciones de escáners que vienen. Y en el mundo de los semiconductores, para poder reemplazar a otros que van a hacer que esto sea mucho más eficiente. Por lo tanto, para nosotros estas son grandes posibilidades donde tenemos que innovar e invertir para poder seguir creando en conjunto con estas industrias.
- ¿Están pensando en nuevos proyectos en Chile?
- Creemos que hay que estar más cerca de las mineras o de nuestros clientes finales.
- ¿Irse de Santiago es opción?
- Hicimos un análisis, pero las inversiones y la tecnología instalada están aquí. Estamos muy tranquilos con lo que tenemos hoy en día.
- ¿Cómo ve el ambiente para invertir?
- Chile lo que necesita es hacer más eficientes los procesos en términos de cómo aprobar ciertos proyectos, permisos, pertinencias. El primer tema es que esto sea más rápido. El plan de modernización de la planta de gases que tuvimos acá nos tomó varios años y era simplemente poder mejorar nuestros procesos medioambientales. O sea, solamente aportar positivamente, sin tener mayor producción ni nada. Y nos tomó un par de años tener la aprobación. No se entiende.
- ¿El sueño de que Chile pueda fabricar productos terminados o semiterminados es una quimera?
- Las competencias técnicas y el lugar instalado estaban en Estados Unidos. Esa es la verdad.
- En un ejercicio de realismo, ¿Chile no tiene ninguna posibilidad de aspirar a que haya más valor agregado?
- Nosotros agregamos valor, podríamos seguir avanzando en agregar valor, pero nos va a tomar mucho más tiempo de lo que hubiese tomado en Estados Unidos. Necesitamos avanzar en la formación técnica y profesional para poder agregar valor.
Chilenos y austríacos
Hoy la propiedad de Molymet está bastante segregada y no tiene controlador, pues nadie tiene más de un quinto del accionariado como grupo. El 20% lo tiene la familia austríaca Schwarzkopf (a través de la firma Plansee). Otro 10% está en manos del grupo Matte y de las familias originales están los Anastassiou Mustakis, Pirola Gianoli y Gutiérrez Gianoli, entre otros. Fue la rama Gianoli quien dio los votos a Eduardo Guilisasti Gana -el hombre fuerte de Concha y Toro-, para que los represente en el directorio y es, de hecho, el presidente, dado que aquella familia está radicada en Uruguay.
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