El complejo proceso de refichaje que ha debido sortear el PPD y que lo tiene con la mitad de los reafiliados que exige la ley a dos meses de la fecha límite, sumado a la visibilidad de algunos personeros que han optado por abandonar la tienda, dan cuenta del difícil momento que vive la tienda. Pero, como lo aclaran tres emblemáticos representantes de la colectividad, esto no se traduciría en una crisis mayor que ponga en riesgo su continuidad, pese a haber nacido como un “partido instrumental”.
El ex ministro Francisco Vidal, el senador Felipe Harboe y el experto electoral René Jofré coinciden en que la colectividad enfrenta días complicados, pero sugieren poner la situación en perspectiva y considerar el escenario de crisis en que está inmersa la política chilena.
Lo anterior, además, tomando en cuenta que el PPD definió su marco de acción en términos ideológicos y programáticos inclinándose más bien hacia la izquierda, lo que no solo choca -dicen- con los intereses de otras colectividades, sino que también provoca la desafección de algunos ex militantes que en la práctica simpatizan con posiciones más bien conservadoras.
En ese sentido, repasando la trayectoria de la tienda, Vidal recuerda que el PPD “por una parte es hijo de la victoria sobre Pinochet, pero también es hijo de la destrucción del socialismo real (tras la caída del muro de Berín). En sus casi 30 años de vida sólo ha tenido dos Congresos Ideológicos y en el segundo -que es el vigente- tomó dos opciones: en materia de libertades, lo que se llama malamente valórico, somos profundamente liberales. Pero en materia social y económica, se optó por el camino social demócrata (...) lo que en el caso de Chile significa más Estado, menos mercado y apoyo a las reformas de Bachelet”.
Ese camino, subraya el ex vocero, “no lo comparten los liberales y neoliberales de la vieja Concertación y algunos de la Nueva Mayoría”, por lo que -añade- entiende la incomodidad de figuras como José Joaquín Brunner, y “un conjunto de personas que más allá de la táctica de Boeninger el ’90, porque la transición no alterara el rumbo económico, les gustó el modelo, esa gente en el PPD de hoy no tiene nada que hacer”.
En esa línea, Jofré precisa que figuras como Marco Colodro renunciaron hace seis años y no en este contexto. Y agrega que siendo “el PPD un partido que se la jugó mucho en la presidencia de Quintana por las reformas, por lo que fue motejado con el tema de la retroexcavadora, es molesto para los intereses fácticos. Está con Lagos y muchos partidos quisieran que se definiera de otra manera. Es molesto porque si se acaba, ahí el Frente Amplio puede crecer y porque siempre ha planteado alternativas para la NM, entonces también es molesto para sus socios”.
Una definición que no comparte el senador Harboe, quien advierte que “se ha desnaturalizado el sentido original del PPD”.
Mala señal que requiere análisis
En este cuadro, además todos concuerdan en rechazar la actitud de la ex intendenta de Aysén y vicepresidenta, Ximena Órdenes, quien decidió renunciar al partido en noviembre pasado advirtiendo las dificultades que estaba presentado el PPD para alcanzar el refichaje en la región, lo que le habría complicado su eventual candidatura parlamentaria.
“Mientras la directiva del partido convencía a los diputados que no se desafiliaran, una vicepresidenta lo hace. A mí me parece que es grave y requiere análisis, requiere darle una vuelta”, sostiene Jofré, quien además plantea que el partido logrará reficharse en todo el país “siempre que todos se pongan las pilas”.
A su turno, el senador Harboe agrega que Órdenes “hizo una especie de jugada táctica (...) Eso no estaría mal si fuera una simple militante, el problema es que es una vicepresidenta nacional y, por tanto, lo que devela es que no le cree a su directiva que va a tener éxito en el proceso de refichaje. No fue una buena señal, no da un ejemplo muy adecuado para nuestra militancia”.