Junio fue una mala noticia para el país en materia de crecimiento. El Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) no sólo se expandió apenas 0,8% sino que este resultado pareció arrastrar las expectativas de éste y los dos próximos años, tal como lo corroboró ayer la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central.
Luego de cinco meses congelados en 1,7%, la cincuentena de expertos consultados por el instituto emisor -entre académicos, consultores y ejecutivos o asesores de instituciones financieras- redujeron a 1,6% sus estimaciones para el Producto Interno Bruto (PIB) en 2016.
Al mismo tiempo, recortaron en una décima hasta 2% el cálculo para el desempeño en 2017, la cuarta corrección mensual consecutiva; mientras que para 2018 por primera vez desde marzo pasado -cuando se incluyó la consulta- se cayó de 3%.
Dadas estas proyecciones -influida por la mala situación en la minería-, la economía local arriesga completar cinco años de un crecimiento bajo su nivel potencial, estimado en 3,6%, una situación inédita en la historia más reciente.
“En actividad, las expectativas muestran una mayor debilidad para el crecimiento de corto plazo y la visión para el próximo Imacec muestra un crecimiento por debajo del 1%”, destacó ayer el análisis que hizo BCI tras conocerse la encuesta.
Para el próximo año, advirtieron, esperan un crecimiento levemente por debajo 2%.
Inflación hacia el 3%
En relación a la trayectoria de los precios internos, el sondeo del Banco Central no arrojó mayores cambios y se mantuvo el pronóstico de una inflación acumulada de 3,5% para 2016 y 3% para 2017.
Tampoco hubo mayores modificaciones en relación a la tasa de interés, ya que se mantiene la estimación de 3,5% durante este año y en un horizonte de once y 17 meses.
El único ajuste frente a la encuesta del mes pasado es en relación al horizonte de 23 meses, porque esta vez se estimó una tasa en 3,75% frente al 4% calculado inicialmente.
“La EEE de agosto evidencia que expectativas de inflación se encuentran en el centro del rango de tolerancia en plazos largos, aunque parte importante de los encuestados prevé una inflación por debajo del 3% en los próximos 12 meses. Hacia el horizonte de política, las expectativas favorecen ampliamente al 3%, precisó BCI.
Sobre la tasa de política monetaria, los encuestados no prevén movimientos hasta un horizonte de 18 meses, donde sobre un 50% de ellos la ubica en 3,75% o más.
Un horizonte similar arrojó la Encuesta de Operadores Financieros de la primera quincena del mes dada a conocer ayer por el instituto emisor: la tasa permanecerá en 3,5% a agosto de 2017, para subir moderadamente a 3,63% en el mismo mes de 2018.
Las expectativas de mercado sugieren un retroceso en los indicadores inflacionarios hacia el mediano plazo, lo que entregaría mayor gradualidad al Banco Central en su proceso de normalización monetaria.
Respecto al tipo de cambio, las estimaciones de los expertos indicaron que el dólar promediará los $ 655 en los próximos siete días y los $ 665 en los próximos tres meses.
Tasa monetaria seguirá en 3,5%
Por unanimidad el Grupo de Política Monetaria (GPM) recomendó ayer mantener la tasa de política monetaria (TPM) en 3,5%, con un sesgo neutral, en la reunión que sostendrá hoy el consejo del Banco Central.
Lo anterior, en constante revisión, a la espera de nuevos antecedentes sobre la evolución de las condiciones internacionales y su impacto sobre la inflación y la actividad local.
La instancia, en la cual participan los economistas Gonzalo Sanhueza, Guillermo Le Fort, Tomás Izquierdo, Raphael Bergoeing y Carlos Budnevich, planteó que el escenario macroeconómico sigue complicado con una actividad prácticamente estancada en el margen y una tasa de desempleo al alza que alcanza al 6,9% a nivel nacional.
La tasa de inflación continúa su tendencia a la baja y algunos indicadores ya la ubican por debajo del techo del rango meta, dijeron.
"Debería converger gradualmente a la meta de 3% gracias a la apreciación del peso y la eventual moderación del incremento en salarios", acotaron. Sobre las condiciones externas, advirtieron más incertidumbre, generando mayor volatilidad de las tasas de interés y paridades cambiarias.
