M. Sánchez / M. Helguero
“Un animal político”. Así definen en el gobierno y en el Senado el desenvolvimiento que ha tenido la ex parlamentaria y ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, en el tema del post natal.
No son pocos los que recuerdan que durante los ex gobiernos de la Concertación, ella no era partidaria de avanzar en esta materia. De hecho, el año pasado cuando era senadora, varias veces mostró su postura con frases como: “Siempre he considerado que sería un error enorme obligar a las mujeres a tomarse 6 meses de post natal”.
Y cuando ya era ministra del Trabajo -a fines de enero- seguía rechazando la tesis de llegar a los 6 meses, afirmando que “si a mí me obligaran a estar seis meses en mi casa, como obligaron a la Jacqueline Van Rysselberghe, yo me encadeno a la Plaza de Armas”.
Pero su duro discurso, afirman fuentes, se fue enfrentando a la urgencia del gobierno de revertir el complicado escenario político que estaba atravesando con el caso, precisamente, de la intendenta Van Rysselberghe y la baja en las encuestas.
De hecho, el sondeo realizado por Adimark correspondiente a enero reflejó que el 46% de los chilenos desaprobaba la labor del presidente Sebastián Piñera, mientras que sólo un 41% de ellos apoyaba su gestión en La Moneda. Peor aún, la confianza y credibilidad bajaron 6 y 5 puntos, respectivamente.
Ello, propinó una restructuración de los temas y se acordó que, junto a la reconstrucción, había que plantearle a la ciudadanía que el presidente cumpliría sus compromisos de campaña. Se multiplicaron las reuniones para anunciar la fórmula de post natal y “tomamos la decisión de minimizar la letra chica en esta iniciativa como en las que vienen de carácter social. Por tanto, tenía que ser “de” 6 meses y no “hasta” ese período”, afirman altas fuentes que participaron en las conversaciones.
Lo que estaba
Bajo ese prisma se sacó el “hasta”, la “voluntariedad total” y la “renunciabilidad”. Línea que era defendida por los ministros de Hacienda, Felipe Larraín, de la secretaría general de la Presidencia, Cristián Larroulet y la ex titular del Trabajo, Camila Merino.
Por tanto, fuentes de la Alianza indican que en esta pasada, el perdedor no fue sólo el jefe de las finanzas públicas, sino también Larroulet porque defendía la tesis que la obligatoriedad de los 6 meses afectaría la empleabilidad de la mujer. Es que, destacaron, el titular de la Segpres habría estado más cerca de la postura presentada por el Instituto Libertad y Desarrollo (LyD) a la comisión Mujer, Trabajo y Maternidad, idea que también compartían en la UDI.
Lo que imperó
Comenzó entonces, a ganar terreno la “tesis intermedia”. Esta es la actual que plantea que la extensión será de doce semanas adicionales con un subsidio estatal de hasta 30 UF mensuales, lo que equivale a $ 640 mil. Y, precisamente, fueron los ministros de La Moneda junto a las titulares del Trabajo y de la Mujer, Carolina Schmidt, quienes apoyaron esta línea, dejando solo al Ministerio de Hacienda.
Fuentes de gobierno señalan que Matthei “se une” a este bloque, porque se transformó en obligatorio desde el punto de vista político presentar un post natal de 6 meses.
En la arena política, señalan, “la ministra sabe cómo moverse. Al haber dejado el Senado, su norte es jugarsela porque al gobierno le vaya bien pensando en que el buen resultado de esta administración permitirá un segundo gobierno de la Coalición”.
A esto se suma que se le agregó cierta flexibilidad a la iniciativa -la que todavía está siendo elaborada por el Ejecutivo- que ha permitido a la ministra cambiar el foco de sus antiguas declaraciones y seguir defendiendo, en parte, su postura.
Por ejemplo, el miércoles sostenía, mientras visitaba un jardín infantil en Puente Alto: “¿quién va a contratar a una mujer gerente que puede desaparecer de la empresa por siete meses y medio?”, declaración que también había manifestado en agosto del año pasado.
Aunque, de paso, aseguró -nuevamente defendiendo la tesis de La Moneda- que “el gobierno se la está jugando con el proyecto para que aquellas mujeres (con cargos altos) puedan volver antes a su trabajo”.
Este cambio de Matthei también ha sido fuertemente comentado en el Congreso, donde parlamentarios de la Concertación dicen que la “experiencia política ha primado por sobre las razones técnicas que defendía en el pasado”.
El “error”
Otras fuentes sostienen que “donde sí hubo error político” fue con el ministro de Hacienda.
La autoridad defendió hasta último momento la tesis de flexibilidad y voluntariedad para la totalidad de la extensión y para todos los quintiles, básicamente, por el cargo fiscal que estos cambios representan. Aunque al interior del gobierno buscan desdramatizar esta “derrota”, fuentes del sector reconocen que la mayor equivocación fue no haber invitado al ministro Larraín a la reunión del domingo pasado en La Moneda, cuando se zanjó la discusión y a la que sí acudieron los ministros Larroulet, Matthei y Schmidt. Y, posteriormente, que el secretario de Estado no haya llegado a la ceremonia de anuncio que realizó el presidente Piñera, el lunes 28 de febrero.
En todo caso, afirman, “el rol del ministro es cuidar la caja fiscal y si pierde en algún tema sólo demuestra que está cumpliendo su pega”.
Lo anterior muestra que, a diferencia de los gobiernos de la Concertación, “el ministro de Hacienda es escuchado, pero no siempre obedecido”, concluyen las fuentes.