-¿Cómo ven estas señales de enfriamiento que aparecen?
-Hoy vemos una demanda mucho más fuerte que la que habíamos visto hace unos años. Hoy casi no hay producto terminado. Por lo tanto, si parte de las promesas se incumple por parte de los compradores y la velocidad de venta baja, no me parece que sea un problema. Hoy uno de los grandes problemas que hay es la dificultad para terminar las obras a tiempo y en presupuesto, porque estamos todos trabajando muy rápido porque tenemos muchas ventas. Un enfriamiento de la industria, de alguna manera, regulariza eso (…). Entonces, no lo veo como un problema en la medida que estamos hablando de un enfriamiento prudente. Ahora, si alguien dice que las ventas van a bajar 20%, efectivamente el tema es más complicado, pero si bajan de 3% a 5%, respecto del año pasado, no veo problemas. Hasta aquí, nuestras ventas van 10% sobre el año pasado, entonces el resto del año tendría que caerse 10% para que quedáramos en cero.
-¿Cómo ven 2014?
-Va a depender de un montón de cosas. Tenemos un cambio político importante, pareciera. Cambio de presidente de todas maneras. Personalmente no me atrevería a hacer muchas especulaciones mientras no se conozca un poco del programa habitacional.
-¿Cómo las inmobiliarias pueden manejar la diversificación para evitar fluctuaciones bruscas?
-Dos cosas. Primero, en que las viviendas en extensión, en casas, se achican las etapas. (…). En los edificios es más complicado, pero está la posibilidad de que llegado el momento (…) si se ve muy duro, se arrienda. No es un gran tema. Lo grave es si la banca estuviera con problemas de recursos y exigiera la devolución de los créditos.
-¿Está pasando eso?
- Hasta aquí no me parece que eso es lo que se está pensando. Más bien un enfriamiento de la economía dejaría a la banca con más disponibilidad para prestar. Así que un enfriamiento de la economía, en la industria inmobiliaria no me parece que sea un problema.