Maersk explora “plan B” tras fracaso de alianza global de navieras
El rechazo de China señala su postura proteccionista en industrias clave.
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A.P. Moeller-Maersk anunció ayer que está trabajando en planes alternativos para reducir costos y enfrentar el exceso de capacidad en el mercado de carga marítima, luego de que reguladores chinos bloquearan de forma inesperada la alianza de las mayores navieras globales que lideraba, conocida como P3.
“Tenemos diferentes herramientas para activar”, dijo el director de comercio y marketing de Maersk Line, Vincent Clerk, a Bloomberg Television. “Debemos mirar con atención cómo operamos la flota, la velocidad de los servicios”, agregó.
El fallo del Ministerio de Comercio de China tomó por sorpresa a Maersk y al resto de los participantes en el P3 -la suiza Mediterranean Shipping Company (MSC) y la francesa CMA CGM, porque ya contaban con el visto bueno de las autoridades estadounidenses y europeas.
Ahora que el pacto ya quedó oficialmente descartado, las empresas necesitan confrontar la realidad de una caída en los precios y una sobrecapacidad, un escenario que se mantendrá “por los próximos años”, aseguró Clerk.
Maersk y sus aliados acordaron en junio del año pasado establecer un pacto operacional con el objetivo de reducir costos en las rutas Asia-Europa, transatlántico y transpacífico. “Si hubiera habido un socio chino en esto creo que sí lo habrían aprobado”, dijo a Bloomberg la directora de comercio internacional de Mitchell Silberberg & Knupp, Susan K. Ross. “China quiere tener una posición global en el transporte marítimo, tal como en todas las industrias”.
Proteccionismo chino
Según analistas y abogados, el rechazo de China señala su postura proteccionista en industrias clave, y es un recordatorio para las empresas extranjeras de que no hay que dar por descontada la aprobación de Beijing.
La decisión de las autoridades marca la primera vez que China bloquea un acuerdo propuesto por compañías extranjeras desde que su regulador antimonopolio recibió mayores poderes hace seis años, y señala el impulso de China por proteger los intereses marítimos locales, pese a que la aprobación habría sido mejor para toda la industria, aseguraron analistas.
“Es probable que el rechazo de China del P3 sea más un esfuerzo por aislar a las empresas marítimas chinas… de competir con un rival más eficiente que un esfuerzo por mantener el fair play de la industria”, afirmó a Reuters el analista de Barclays, Jon Windham. “La mayor esperanza para mejorar las ganancias de la industria en el largo plazo era la consolidación”.
De haber prosperado, el P3 habría reunido a las tres navieras portacontenedores más grandes del mundo y habría tenido más de un 40% del comercio entre Asia y Europa y un 24% del mercado transpacífico.