El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, realiza una amplia remodelación de su cúpula directiva, la más importante desde que llegó a la presidencia del grupo, sucediendo al carismático César Alierta, en abril de 2016.
Los cambios se someterán esta mañana a la comisión de nombramientos y mañana serán aprobados por el consejo.
El principal cambio será la salida del presidente de Telefónica de España, Luis Miguel Gilpérez, que será relevado, a iniciativa suya, por su número dos, Emilio Gayo, actual responsable comercial y de marketing que será nombrado presidente ejecutivo y acudirá al comité ejecutivo. Además del nombramiento de Gayo, en España se producirá el nombramiento de María Jesús Almazor, como consejera delegada de España que llevará todo el área de ingresos que antes supervisaba Gayo. Almazor era la directora de Telefónica España en la región Sur (Andalucía, Extremadura y Canarias), desde 2012.
Dos América Latina
Junto con España, también se produce la salida del argentino Eduardo Caride como presidente de Telefónica Latinoamérica, que agrupa todos los negocios del grupo en la zona con la excepción de Brasil. Tras la salida de Caride, se produce una escisión de la división, que será separada en dos, norte y sur.
Al frente de Latinoamérica Norte estará el colombiano Alfonso Gómez, mientras que el sur será gestionado por el argentino Bernardo Quinn.
La idea de repartir el negocio en dos es poner más foco en todos los países, para que el reporte sea más ágil y más detallado y se puedan detectar antes problemas que tengan que ser solucionados. El área norte, con Ecuador, Venezuela, Centroamérica, Colombia y México es responsable de unos 4.000 millones de ingresos, un tercio del conjunto de Latinoamérica, mientras que el área sur, que engloba a Argentina, Chile, Perú y Uruguay, supone unos 8.000 millones de ingresos.
La salida de Gilpérez y de Caride se ha producido a iniciativa de los dos directivos, que habían pedido el relevo, al considerar que ya habían cubierto una etapa y los nombramientos de sus sucesores han seguido las sugerencias de los dos directivos que dejaban el cargo, ya que Álvarez-Pallete considera que es mejor establecer, junto con el relevo generacional una continuidad en la gestión, ya que las dos operaciones, especialmente la española, están bien.
Con la salida de Gilpérez y de Caride, ya se han producido, desde la llegada de Álvarez-Pallete a la presidencia, relevos en las cinco grandes áreas de negocio del grupo, incluyendo Reino Unido, Alemania y Brasil y en todos los casos ha sido por la decisión de los directivos relevados -por distintas razones- de abandonar el grupo.
Por otra parte, también se produce la salida de dos históricos de la casa, Carlos López Blanco, responsable mundial de regulación y relaciones institucionales y de Ramiro Sánchez de Lerín, el secretario del consejo. Los dos puestos se funden en uno, que pasará a ser dirigido por Pablo de Carvajal, -hijo del ex presidente socialista del Senado- que actualmente es el secretario general de Telefónica España. De esta forma, Carvajal tendrá en su mano toda el área jurídica pero también toda la de regulación y las relaciones con los reguladores de todo el mundo.
Por último, también hay un cambio en el área de Recursos Humanos, que previsiblemente pasará a llamarse Personas y que estará dirigido, a partir de ahora, por Marta Machicot.