La última oportunidad de Silvio
Es difícil decir si los italianos están perdiendo más fe en Silvio Berlusconi...
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Es difícil decir si los italianos están perdiendo más fe en Silvio Berlusconi, el primer ministro plagado de escándalos y económicamente indeciso, que los mercados financieros en Italia. Pero cuando se trata de déficit italianos, destaca una consideración. Lo que padece Italia no es un déficit presupuestario gigantesco, sino un déficit gigantesco de liderazgo político.
Con Italia en el ojo de la tormenta que agita los mercados de deuda de Europa, Berlusconi, de 74 años, tiene una última oportunidad para poner los intereses de su nación delante de los suyos propios, de los de su empresa familiar y de sus problemas legales. Bajo la presión de otros líderes de la Unión Europea y del Banco Central Europeo, Berlusconi acordó la semana pasada acelerar la consolidación fiscal y el plan de reformas económicas estructurales que el parlamento aprobó el mes pasado.
En particular, prometió eliminar el déficit presupuestario de Italia para 2013 en lugar de 2014, insertar una enmienda de presupuesto equilibrado en la Constitución y asegurar el apoyo de empleadores y sindicatos para un programa amplio de reformas estructurales.
Que Italia necesita con urgencia esas reformas huelga decirlo. En el índice de competitividad global del Foro Económico Mundial, Italia se encuentra en el lugar 48, detrás de países como Barbados, Indonesia y Lituania. Su mercado laboral es demasiado rígido. Su sistema judicial es un lío antiestético. La corrupción y el crimen organizado infligen daños incalculables en los negocios y la vida pública.
Para cualquier premier italiano esto sería un desafío dantesco, pero existen razones concretas para poner en duda que Berlusconi está a la altura. Al apurado plan de austeridad a cuatro años, por 48 mil millones de euros de su gobierno, le faltaba credibilidad. La mayor parte del ajuste fiscal se demoraba hasta después de la próxima elección programada en Italia, en 2013. El primer ministro aún debe ofrecer detalles precisos acerca de cómo se adelantarán las medidas de reducción de gastos y aumento de los ingresos.
Además, la trayectoria de Berlusconi en reforma económica es horrenda. Han pasado más de 17 años desde que fue elegido por primera vez. En tres períodos como premier ha prometido repetidamente liberar las dinámicas energías empresariales de Italia - y realizado casi nada.
En algunos círculos hay llamados a un gobierno tecnócrata de emergencia que dirija Italia, siguiendo las líneas del gabinete de 1993-94 de Carlo Azeglio Ciampi. Pero Italia es una democracia y deben gobernarla políticos elegidos. Corresponde a estos políticos mostrar algo de estómago y agarrar por las astas el toro de la reforma.