Por Guy Dinmore en Roma
La rebaja de tres peldaños al nivel de crédito de Italia que hizo Moody’s el martes había sido ampliamente anticipada en Roma y descontada en los mercados. Pero la confirmación de la falta de fe de las agencias calificadores estadounidenses en la coalición de centro-derecha está encendiendo las conversaciones del fin de la era Berlusconi y una rebelión lenta dentro del mismo partido del primer ministro.
“No existe un solo miembro del gobierno o de la mayoría del parlamento que no afirme en privado que Berlusconi se debiera ir”, comentó Ferrucio de Bortoli, editor del periódico Corriere della Sera, en un comentario de portada. “No somos ni creíbles ni serios”, escribió, agregando que “ya nadie invierte en Italia”.
En tanto, el ministro de Finanzas, Giulio Tremonti, sugirió que las elecciones anticipadas ofrecían una perspectiva de cambio cuando le preguntaron por qué los mercados tenían una mejor visión de España.
Pero el peligro incluso viene de una pequeña, pero creciente revuelta entre sus propios miembros del parlamento, que amenazan con reducir su mayoría en la cámara baja.
“Es tiempo de una transferencia”, dijo Santo Versace, un parlamentario que renunció al partido Pueblo de la Libertad la semana pasada y pidió por una coalición más amplia, respaldada por la oposición y dirigida por alguien externo. Agregó que 50 mil millones de euros se pierden al año en corrupción.
Otro disidente anónimo sugirió que cambiar a Berlusconi tendría un impacto inmediato en reducir los costos de endeudamiento de Italia.