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Sólo cuatro países han ratificado su incorporación a Banco del Sur desde 2007
La entidad nació con un capital aportado por países del cono sur de US$ 20 mil millones.
Por: Equipo DF
Publicado: Martes 12 de julio de 2011 a las 05:00 hrs.
por david pavez
El avance del proyecto del Banco del Sur y la moneda única para la región expuso en la sede de la Cepal en Santiago el ex ministro de economía de Ecuador y presidente de la comisión técnica para el diseño del Banco del Sur, Pedro Páez.
El ejecutivo expresó que esta nueva arquitectura financiera posee ventajas para la región que ya han sido reconocidas en su momento por los presidentes de Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Venezuela.
Páez detalló que a la fecha, sólo cuatro de las siete naciones iniciales (Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela) han ratificado en sus Congresos los tratados internacionales respectivos que dan vida a este proyecto, lo cual, a juicio del economista, brinda una base suficiente para comenzar con las operaciones.
El capital autorizado por los países participantes es de US$ 20 mil millones, un “capital semilla” de acuerdo a Páez, ya que “la idea es optimizar el uso de las monedas nacionales”.
Es decir, por ejemplo, “Ecuador tomaría un préstamo por un tramo, que sería en dólares, para importar tecnología del norte, otro tramo en reales brasileños para contratar empresas de Brasil u otro en pesos argentinos”. Bajo esta lógica, los gobiernos podrían acceder a financiamiento más barato para los grandes proyectos en sus territorios o que involucren a todo el cono sur.
Moneda no excluyente
Aquí es donde también surge la idea de una moneda común latinoamericana, la cual a diferencia del euro, “no sería excluyente de las monedas locales, sino que complementaria, que no necesita de la concesión de ciertos espacios de soberanía nacional”, dijo Páez.
El economista indica que “la idea no es subordinar la política monetaria, fiscal, sectorial o crediticia de cada país a los intereses de la moneda; por el contrario, se pretende establecer una moneda que abra espacios para avanzar en un proceso de convergencia macroeconómica”.