Panorama

Una vitrina clave para el negocio teatral en la región

En medio del festival Santiago a Mil, la ciudad es por estos días la mayor plataforma de comercialización para las artes escénicas latinoamericanas.

Por: Por Rodrigo Martínez | Publicado: Viernes 20 de enero de 2012 a las 05:00 hrs.
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El Festival Santiago a Mil se ha ganado un nombre de peso en los circuitos de las artes escénicas internacionales. Pero también tiene una faceta igual de exitosa, aunque quizás no tan conocida por el gran público: se ha convertido en una plataforma clave de comercialización cultural en América Latina.
Esta semana, más de 140 curadores y productores de teatro y festivales provenientes de cuatro continentes y 23 países llegaron al país para participar en una nueva edición de la Semana de Programadores del Festival Internacional Santiago a Mil. El número de programadores o “compradores” del mercado teatral supera con creces a los 48 de 2011, cuando se cerraron acuerdos por más de
US$ 600 mil.
Los programadores vienen a ver y a contratar buen teatro chileno y latinoamericano, pero también a buscar socios y oportunidades para producciones y circulación de compañías de América Latina, afirma Claudia Barattini, directora de Asuntos Internacionales de la Fundación Teatro a Mil.
“La expectativa para este año es espléndida, sólo por el hecho de que la gente que toma las decisiones de la programación teatral, musical y de danza en festivales y teatros de todas partes del mundo, vinieron más del doble que el año pasado”, afirma Barattini. “Creo que estamos siendo la mayor de América Latina, en este minuto”.

Ventas “en verde”
En paralelo, grandes compañías internacionales como La Fura del Baus de España y producciones  del Festival de Chejov de Moscú, entre otras, vinieron a Chile a la Semana de Programadores a plantear nuevos proyectos, a vender “en verde”, ya sea obras de circulación en América Latina o coproducciones con latinoamericanos.
“El Festival Santiago a Mil tiene un prestigio ganado, ya lleva 29 años, y es probablemente uno de los principales festivales de teatro del mundo. Entonces ya está instalado en la geografía y en la cabeza de los profesionales que así como ocurre con los festivales de cine de Venecia o Cannes, por ejemplo, o en teatro en Edimburgo o Avignon, en enero es Santiago a Mil en América Latina. Es una consolidación del Santiago a Mil en el circuito internacional”, afirma Barattini.
En otra línea de trabajo, la Fundación Teatro a Mil ha organizado y realizado acuerdos de intercambio con ciudades de otros países, como con el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y, de hecho, en la apertura de la Semana de Programadores selló un protocolo de colaboración con el Servicio Social de Comercio de Sao Paulo (SESC-SP). La Fundación también trabaja “en ir a buscar acuerdos que nos permitan abrir canales de circulación para la producción chilena afuera, pero también de presencia de la producción latinoamericana acá. Todo eso permite que se fortalezca Santiago como punto de entrada y salida de la producción escénica latinoamericana”, señala Barattini.

DEL EXTRANJERO Y PROVINCIAS

La lista de asistentes a la Semana de Programadores incluye directores artísticos y productores de Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, China, Ecuador, España, Estonia, Finlandia, México, Suecia y Estados Unidos.
Entre ellos se encuentra Jean-Louis Colinet, director del Festival de Liège y del Teatro Nacional de Bélgica; Briggite Fürle, directora artística del Berliner Festpiele; Marie Helene Falcon, del Festival TransAmerique de Montreal; Dario Loperfido, director del Festival Internacional de Teatro de Buenos Aires, FIBA; Bartosz Szyddlowsky, del Festival de Cracovia; Danilo Santos de Miranda, director de SESC Sao Paulo. Impacta la dimensión de la delegación de Estados Unidos con 22 programadores de gran relevancia, que van desde Mark Murphy de REDCAT de Los Ángeles, a Meiyin Wang, del Festival Under the Radar de Nueva York.
Además, por primera vez participan programadores de teatros y centros culturales de diferentes ciudades de Chile. La iniciativa, posible gracias a una alianza entre la Fundación Teatro a Mil y el Consejo Nacional de la Cultura y Las Artes, permitirá abrir una oportunidad inédita para esos profesionales de la cultura.

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