En medio de la polémica que ha generado en la Cámara la negociación por las presidencias, el expresidente de la Democracia Cristiana (DC), senador Jorge Pizarro, desdramatiza la posibilidad de que la bancada falangista negocie con la derecha.
El exdirigente conversó con DF y a cinco días de la Junta Nacional del partido, advierte que todo lo que dice en estas páginas “lo digo en plural, porque no quiero aparecer achacándole responsabilidades a nadie. Las responsabilidades las tenemos que asumir todos, desde los que tuvieron la máxima representación hasta el último de nuestros militantes”, en relación con las decisiones que se tomaron en la DC y que desembocaron en su pésimo resultado electoral.
Además, manifiesta que espera que en el cónclave se haga el ejercicio de analizar las razones del distanciamiento entre los partidos de la Nueva Mayoría, que de un tiempo a esta parte, comenzaron a mirar más el proyecto individual que el colectivo.
Por otro lado, siguiendo con la línea que ha mantenido hasta ahora, el parlamentario prefirió no referirse a la renuncia de los fiscales Carlos Gajardo y Pablo Norambuena al Ministerio Público, luego que la Fiscalía Regional Metropolitana Oriente, en el marco del caso Penta, propusiera la salida de suspensión condicional al senador Iván Moreira.
- ¿La junta tiene la capacidad de resolver la crisis de la DC?
- Más que la junta, la pregunta es si el partido es capaz de superar esta crisis profunda en la que estamos y transformarla en una oportunidad de renovación y fortalecimiento de nuestras propuestas al país. Y lo que debe ser una nueva fórmula de trabajo, tanto al interior del partido como con la sociedad.
- ¿Es posible una postura común, cuando el diagnóstico sobre el resultado electoral es tan distinto entre unos y otros?
- Respecto del fracaso electoral no creo que haya dos lecturas: tuvimos una candidatura presidencial que sacó el 5,8% de los votos; sacamos 14 diputados, tres senadores y ese es un pésimo resultado electoral. Otra cosa es que algunos planteen si la estrategia del camino propio es algo en lo que hay que perseverar o hay que revisar.
- ¿Hay que revisarla?
- Estoy entre los que creen que cometimos un error grave, todos, al asumir que el camino propio podía ser un punto de partida para una recuperación de identidad del partido. En eso fracasamos rotundamente y los resultados electorales son más que categóricos.
Lo fundamental es que mientras la DC no sea capaz de tener un solo discurso, vamos a seguir siendo difusos, incomprendidos e inconducentes en nuestros planteamientos. Si en cada tema vamos a seguir teniendo cuatro o cinco opiniones de distintos liderazgos, el fracaso va a ser mucho más grande en el corto plazo.
- ¿Cómo se resuelve eso?
- Sobre la base de hacer un proceso en serio, con tiempo, que permita definirnos, en lo concreto por ejemplo, en algunos temas valóricos. Hay que reconocer que o nos hemos ido quedando atrasados o hemos tenido cinco o seis visiones distintas y eso es lo que hay que terminar.
- ¿Definir lo que debería ser el domicilio político de la DC?
- No, mi problema no es el domicilio político de la DC, sino el rol que debe jugar en la política chilena, a partir de su proyecto de sociedad.
Somos un partido que nació para hacer cambios profundos en la estructura política, social y administrativa del país, no para estar en la derecha ni en la izquierda. Con quienes nos juntamos depende de las coyunturas o de la estrategia que definamos. Lo natural sería con aquellos que compartimos valores y principios esenciales.
- ¿Las distintas visiones dentro de la DC –unas más conservadoras otras más progresistas- pueden convivir aún al interior del partido? ¿Es esta la peor crisis de la DC?
- La peor crisis que tuvo el partido fueron los distintos puntos de vista que tuvimos frente al Golpe de Estado y la superamos con diálogo, respeto interno y con una evaluación de la realidad de entonces que llegó a ser bastante compartida.
- ¿Cómo evaluaría lo que está ocurriendo ahora, entonces?
- Es una crisis que si no la manejamos bien puede llegar a ser terminal.
- ¿Qué sería manejarla bien?
- Si los militantes del partido no somos capaces de entender y respetarnos unos a otros y, además, cuando adoptemos decisiones democráticas dentro del partido las respetemos y las cumplamos, entonces, perdemos toda capacidad de acción y conducción política.
- ¿El que la DC esté negociando con la derecha en la Cámara no es una señal difusa o contradictoria?
- En la coyuntura que estamos viviendo es difícil comprender ese tipo de señales, porque todo tiende a tergiversarse, pero hay que ser objetivos también. Hoy día, condiciones para un acuerdo político, con quienes sean las fuerzas que existan en la Cámara es mucho más difícil y más complejo, porque hay distanciamiento, objetivos distintos, cada partido está haciendo su propio debate interno, en fin, hay muchos otros factores que influyen.
- ¿Entonces qué va a pasar ahí?
- Lo que se va a producir en ambas cámaras son acuerdos administrativos con los cuales formar mayoría para dirigirlas. En esa línea, espero que mis camaradas diputados puedan concretar un acuerdo que, ojalá, dé una señal política de que somos un partido que está en la oposición por voluntad ciudadana, pero también que las otras fuerzas entiendan que tiene que haber un respeto por lo que nuestros diputados representan.
- Algunos diputados esperan que la junta dé una señal política.
- Le voy a plantear el tema al revés: no me cabe duda que la junta va a entregar una señal clara de que la DC está en la oposición. Eso hay que despejarlo de inmediato, porque algunos de nuestros camaradas que se fueron del partido hace poco tiempo planteaban mirar con buenos ojos hacia Chile Vamos, el proyecto de Piñera, en fin… Creo que eso, el partido, lo va a descartar categóricamente. A partir de esa línea marco hay que trabajar en consecuencia. Y, seguramente, como han hecho mis camaradas diputados, que han tratado de buscar acuerdos con quienes hemos formado parte de este gobierno, lo seguirán haciendo. Si eso es posible ¡Fantástico! Eso no va a entregar ninguna señal de que aquí estamos construyendo un referente ni nada, porque es un acuerdo administrativo. Y, a la inversa, si no se produce acuerdo con ellos, tienen el derecho de buscar otras alternativas. Tengo la impresión de que en el Senado no vamos a tener problemas con eso.
- ¿Le inquieta que a raíz de lo que ocurre en la Cámara se perciba que la DC ya comenzó a actuar como partido bisagra?
- Aquellos que plantearon lo del partido bisagra le han hecho el peor servicio a la DC. Porque qué es un partido bisagra, es la nada. Un partido bisagra es una cuestión instrumental...
- Pero que saca provecho de ser chiquito.
- Por eso le digo, es una cuestión instrumental, es un partido que no tiene vida, no tiene horizonte, no tiene futuro, no tiene sueños, no aspira a nada, salvo a una pequeña cuota de subsistencia. Yo no concibo a la DC jugando un papel de ese tipo.
- ¿La DC va a defender las reformas con matices o va a defender las reformas?
- Vamos a defender el proceso que llevamos adelante con la presidenta Bachelet y las reformas que hemos aprobado las vamos a defender, por supuesto. Ahora, hay que decir también con claridad: desde la oposición el papel de cualquier partido político tiene que ser velar por el bien de Chile y eso significa que si el gobierno tiene una buena propuesta que favorezca a los ciudadanos la vamos a apoyar.
Progresismo con Progreso: "El daño lo han hecho más en términos de imagen"
- ¿El grupo "Progresismo con Progreso" encabezado por Mariana Aylwin hizo mucho daño al irse de la DC?
- A los partidos entramos voluntariamente y aceptamos sus estatutos, los compromisos que asumimos, entre ellos está el que cuando se toman definiciones democráticas se respeten esas decisiones mayoritarias. Si a uno no le gusta, o no está de acuerdo, tiene la misma libertad de irse, como lo han hecho estos camaradas. El daño lo han hecho más en términos de imagen, porque han usufructuado de una imagen más allá de lo que ellos representan. No sé si intencionalmente, no podría decirlo. No sé si porque a algunos medios les interesaba o a otras fuerzas políticas les interesa debilitar al máximo a nuestro partido. En fin... cada cual actuará de acuerdo a sus propias convicciones, pero cualquier militante que se vaya es una pérdida para el partido.
- ¿Comparte las críticas que se le han hecho a la directiva actual de que habría facilitado de alguna manera esta deserción?
- Yo no creo que la directiva haya facilitado nada, se está viviendo un proceso en que muchos militantes fueron pasados al tribunal de disciplina por muchas razones, entre los cuales están algunos de los que usted menciona, pero el Tribunal Supremo del partido es un tribunal político y, por lo tanto, las decisiones que adopte también son políticas.