"Me declaro como realista, nosotros no hacemos proyecciones optimistas o pesimistas sobre el rumbo de la economía". Con estas palabras el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, hizo frente a la inquietud que quedó en el ambiente luego de la presentación que hiciera del Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio en el Senado, el cual incluyó un diagnóstico sobre la marcha de la actividad nacional que se asumió algo sombrío.
En efecto, el instituto emisor sorprendió a los analistas y revisó a la baja en 25 puntos el rango de crecimiento esperado para el actual ejercicio, a entre 2,25% y 3,25%.
Según expuso el consejo del ente autónomo en la Cámara Alta, a lo menos una décima de esa menor proyección responde al impacto que las aluviones en el norte tendrían en la minería, además de "efectos puntuales" en faenas "relevantes" del mineral.
"Además, como los datos parciales de los últimos meses muestran un dinamismo menor del gasto privado, se anticipa que la recuperación prevista para el segundo semestre ocurrirá a una velocidad inferior a la considerada en marzo", planteó Vergara frente a los senadores miembros de la comisión de Hacienda.
Dicho esto, el consejo estimó que el balance de riesgos para la inflación y la actividad económica está "equilibrado", innovando en relación al informe presentado en el primer trimestre.
El efecto expectativas
El impacto de los desastres naturales en el norte explican solo una parte de la historia. El otro fundamento del emisor fue remarcado en varias ocasiones por Vergara en su discurso: las expectativas.
Es que el deterioro de la confianza de los consumidores y de las empresas fue la principal preocupación del instituto emisor en la jornada en Valparaíso, siendo por lejos uno de los conceptos más reiterados por Vergara durante su presentación.
"Preocupa especialmente que las expectativas sigan en terreno claramente pesimista, situación que, de no revertirse, limitará la recuperación del crecimiento en la segunda parte del año", dijo.
Justamente, para sustentar su análisis, Vergara aludió al Informe de Percepción de Negocios que elabora el ente autónomo, que en mayo "confirmó expectativas acotadas respecto del desempeño de los negocios y la inversión en 2015"; a lo que agrega el último catastro de la Corporación de Bienes de Capital, el cual "siguió indicando una caída del monto de los proyectos para este año respecto de 2014".
"La recuperación de la economía en la segunda parte del año supone una mejora relevante de los índices de confianza, lo que hasta ahora no ha ocurrido. En la medida que esta situación se prolongue, es posible que el gasto interno y la actividad no muestren el mayor dinamismo que se espera en el escenario base", aseguró Vergara.
El IPoM dedicó un recuadro al análisis del impacto de shocks externos en las expectativas y en la inversión, concluyendo que hay factores "autónomos" que no logran explicar la caída que han mostrado ambos indicadores desde 2014.
Menor inversión
No sólo el rango de crecimiento de la actividad se redujo en el IPoM. También lo hicieron algunos de los componentes más relevantes del gasto, aunque otros -que presentaban niveles bajos- mejoraron.
La expectativa de expansión de la inversión se recortó en 0,5 puntos a un leve 0,7%, mientras que la demanda interna subió 0,1 puntos a 2,6%. Una situación parecida ocurrió para el consumo total, que se revisó al alza en 0,2 puntos porcentuales a 2,7%.
Alza de tasas se posterga para 2016 aunque aún inquieta alta inflación
Si algo cambió de tono en el informe de ayer fue el mensaje del Banco Central sobre el curso de la tasa de política monetaria. De hecho, el presidente de la entidad, Rodrigo Vergara, explicitó que "el retiro gradual del impulso monetario sería algo más tarde que lo planteado en marzo". Más específico aún, dijo que lo más probable es que ello ocurra recién en los primeros meses de 2016.
Pero así como no ve aumentos, el personero tampoco abrió espacios a nuevos recortes, en el ententido que la "principal preocupación" del instituto emisor sigue siendo el nivel de la inflación, que aunque ha descendido acorde con las proyecciones, "aún es elevado".
La trayectoria de los precios internos efectivamente ha retomado en los últimos meses un camino hacia el rango meta oficial (2% a 4%) y el mismo IPoM se hizo eco la autoridad al reducir el pronóstico para el cierre del año de 3,6% a 3,4%.
Prevén, además, que la medida subyacente, como es el IPCSAE -que excluye energía y alimentos- se ubique cerca del 3% durante 2016 y fluctúe alrededor de ese valor hasta fines del horizonte de proyección, que
es el segundo trimestre de 2017.
En este ámbito, el banco advirtió el riesgo que representa el alto incremento de los salarios -del orden de 7%-, lo que de persistir podría derivar en una velocidad de convergencia de la inflación sea más lenta. Asimismo, sostuvo el análisis del IPoM, también está el riesgo de que la evolución de las refleje holguras de capacidad menores que las consideradas en el escenario base y, por lo tanto, mayores presiones
inflacionarias.