Según la minuta de la última reunión de política monetaria del Banco Central, si bien la determinación del consejo fue reducir la TPM a 3,75% anual fue unánime, también se planteó la posibilidad de mantenerla en el anterior 4%.
Un consejero indicó que la suma de antecedentes lo inclinaban más bien a una mantención de la TPM. Sin embargo, creía que optar por reducir la TPM era más coherente con el escenario delineado en el último IPoM y con las expectativas casi unánimes del mercado en ese sentido. De no hacerlo, se corría el riesgo de dar una señal de duda sobre la transitoriedad de los desvíos de la inflación, algo que no estaba respaldado por los datos.
Un consejero señaló que la opción de mantener la TPM era más concordante con una inflación que seguía por sobre el límite superior del rango de tolerancia y sobre la que no se podían descartar sorpresas en lo inmediato. Por otra parte, mantener también era coherente con salarios que seguían creciendo más que la suma de la meta de inflación y el aumento esperado de la productividad.
Sin embargo, el hecho que se preveía que tanto el aumento de la inflación como de los salarios se moderara en los próximos meses, debido a la actividad más débil, permitía privilegiar en esta ocasión la baja de la TPM.
Otro consejero manifestó que las opciones a considerar debían elegirse de modo de dar coherencia temporal al proceso colegiado de toma de decisiones del consejo. Así, con un escenario de inflación subyacente similar al de un par de meses antes, pero indicadores de actividad significativamente peores y menores expectativas privadas de inflación a mediano plazo, creía que no era plausible considerar en esta reunión las mismas opciones que hace dos meses. Además, ello no le parecía congruente con el hecho de haber mantenido el sesgo a la baja en las últimas reuniones.
A juicio de este consejero, en esta oportunidad, la opción de bajar la TPM en 50pb era al menos igualmente plausible que la de mantener la TPM. Con todo, creía que bajar la tasa en 25pb era más aconsejable, en parte, porque adoptar un recorte mayor podría ser muy sorpresivo.