Conquistar el primer lugar del segmento de endulzantes no calóricos tiene en la mira Iansa, uno de los principales holdings agroindustriales del país.
La firma inaugurará hoy la planta Cero K, en Chillán, que significó una inversión de US$ 8 millones y que, entre otras cosas, les permitirá internalizar la elaboración de endulzantes -que antes se realizaba en laboratorios externos-, principalmente de stevia y sucralosa.
El gerente Comercial Retail, José Luis Zabala, explica que este es un segmento que ha crecido fuertemente desde 2008, cuando comenzaron a comercializar este tipo productos con el objetivo de abastecer nuevos segmentos del mercado. Dice que en el 71% de los hogares se consume algún tipo de endulzante y que, en los próximos cinco años, con la maduración natural del mercado, la penetración debería llegar a un 90%.
En 2013, el 63% de los ingresos de Iansa provinieron del segmento azúcar y coproductos. Aunque la mayor importancia la tiene el azúcar (y se prevé que siga siendo así), este producto está estable en su consumo. El crecimiento lo están dando otras líneas no tradicionales. El gerente Comercial Retail explica que la industria de los edulcorantes mueve US$ 50 millones, a nivel de consumidor final, donde Iansa tiene cerca del 17% de participación de mercado.
Según los estados de resultados financieros del primer trimestre, el segmento de endulzantes no calóricos tuvo ingresos por US$ 1,2 millones, similar a lo registrado durante el mismo período de 2013.
Mientras en los últimos 12 meses la industria en general creció 10%, esta firma lo hizo en un 18% en este segmento. Aunque no plantea fechas, la idea es pasar de ser el segundo actor del mercado, al primero. “Queremos ser un actor relevante en el corto plazo”, dice Zabala.
Cambios normativos
Respecto a los cambios tributarios que está planteando el gobierno -con un alza al impuesto a las bebidas azucaradas-, dice que están expectantes. “Todo indica que habrá un efecto, aunque no hemos visto un estudio serio que respalde que va a significar una disminución del consumo de bebidas, que es lo que se busca”, explica.
Agrega que no se entiende el ataque al azúcar, en circunstancias que el consumo per cápita de ella ha venido bajando, mientras la obesidad sigue al alza. “Pareciera que hay algo más en este problema y no es de la industria del azúcar. ¿Qué pasa con la actividad física, el consumo de otros alimentos o la ingesta de calorías totales?... son temas que no se escucha hablar”, explica.
Consultado sobre el efecto que puede haber sobre la empresa, no hay cálculos. Pero aclara que en la industria azucarera de bebidas y alimentos, Iansa tiene una participación cercana al 70%.
Según su opinión, falta un debate mayor de cómo informar mejor a la población sobre hábitos de consumo para frenar el efecto final.
“Falta más información al consumidor y menos prohibición y alarmismo”, dice.