La cadena estadounidense de
restaurantes de comida rápida Burger King anunció hoy que en su
último ejercicio fiscal, cerrado el pasado 30 de junio, ganó US$200,1
millones (US$1,48 dólares), lo que supone un
incremento de 6% respecto al año anterior.
Este buen resultado de la segunda mayor cadena de hamburguesas
del mundo se debió en parte a un incremento de 3% en sus ingresos
anuales, que alcanzaron los US$2.537 millones.
"Hemos tenido un difícil entorno operativo en el año fiscal 2009,
con los mercados de divisas con una volatilidad sin precedentes, una
importante inflación de las materias primas y niveles de desempleo
sin precedentes en 25 años", dijo el presidente y consejero delegado
del grupo, John Chidsey, al presentar los resultados.
En su último trimestre fiscal (marzo-junio) las ganancias subieron 16% respecto a un año antes, para llegar a US$58,9 millones (44 centavos por acción), pese a que en esta ocasión la
facturación bajó 2% y quedó en US$629,9 millones.
Proyecciones
Para los próximos meses, Burger King dijo esperar que "las ventas
en todo el mundo sean suaves en la primera mitad del ejercicio
fiscal (entre julio y diciembre), para mejorar en la segunda mitad
si aumenta la confianza de los consumidores".
Concretamente, apuntó que espera ventas más "suaves" en Estados
Unidos, Alemania y México, "tres de los mayores mercados", aunque
ello se compensará "parcialmente" con las "sólidas" previsiones que
tiene para "Reino Unido, España y la mayor parte de Europa, así como
muchos países de Asia-Pacífico".
Añadió que espera que sus ganancias anuales por acción tiendan a
aumentar un 15% y sus ventas entre 2% y 3%, aunque dijo que
estos cálculos no son para su próximo ejercicio fiscal, sino para
una perspectiva "a largo plazo".
Burger King también ralentizará el ritmo de apertura de nuevos
establecimientos, hasta entre 250 y 300 durante el próximo año,
frente a los 360 del ejercicio que acaba de cerrar, que fue la cifra
más alta en casi una década.
"A medida que entramos en el año fiscal 2010, algunos indicadores
macroeconómicos apuntan a que está en marcha una estabilización de
las economías del mundo", dijo Chidsey.
Sin embargo, reconoció que "prevemos que el entorno de consumo
seguirá difícil debido a altos niveles de desempleo, que se ha
traducido en una reducción significativa de los gastos fuera de casa
para comer".