El viernes pasado, como estaba previsto, la automotriz japonesa Nissan inició su operación directa en el país, tras poner término a la relación de importación exclusiva que desde 2002 mantenía con su connacional Marubeni.
Para iniciar este nuevo proceso, la asiática ha contado con el apoyo de ejecutivos venidos desde México, donde tiene su sede para América Latina y según comentan en el mercado también reclutó a un grupo de ejecutivos nacionales, que cuentan con amplia experiencia en el rubro.
En el mercado comentan que en este proceso la marca nipona enfrenta varios desafíos, como tratar de remontar su participación de mercado.
De acuerdo con las estadísticas de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (Anac) en el acumulado a noviembre de 2014 Nissan representa el 6,1% de las ventas con 18.613 unidades, lo que la ubica en el sexto lugar de la industria.
Este cuadro es muy distinto al del cierre de 2012, cuando una comercialización de 34.124 vehículos la ubicó en el tercer puesto en el mercado. En ese período la representación aún estaba compartida por Marubeni y Cidef.
En agosto pasado la asiática anunció que no renovaría su contrato con Marubeni. En ese momento trascendió que el fin de la relación comercial de 35 años obedeció, precisamente, a la caída en la presencia de la marca, ya que el compromiso de la ahora ex representante habría sido tener del orden del 16% del mercado.
Período de transición
En el mercado explican que lo que se vive por estos días en un período de transición entre el fin de las operaciones de Marubeni y el inicio de la actividad directa por parte de su connacional, etapa de traspaso que aún no tendría una duración definida.
Lo que sí estaría claro en este proceso es que durante este lapso Marubeni estaría facultada para seguir vendiendo el stock de vehículos Nissan que mantiene en su poder.
Otras fuentes apuntan que Marauto, nombre con el que operan los locales propios de Marubeni, tendría previsto seguir operando su red de ventas al menos hasta el 31 de marzo próximo.
Precisamente, esta última situación, dicen fuentes del sector, supone el desafío más grande que enfrenta Nissan, ya que durante este período, el que ha sido especialmente complejo para la industria automotora en general, producto de la desaceleración de la economía, el mercado enfrentaría tres fuentes de abastecimiento de vehículos.
Lo anterior, porque Marubeni tendría unas 8.000 unidades en su poder como existencias, que se suman a las cerca de 2.500 que están en poder de la red de concesionarios de la marca y además, con el inventario que la propia Nissan traería al país, ya que las conversaciones que mantuvo con Marubeni para comprarle su stock no habrían prosperado, aunque otras fuentes dicen que esta posibilidad podría resurgir.
Otras fuentes dicen que la nipona, donde no estuvieron disponibles para hacer comentarios, podría tener un déficit de stock de camionetas, que representan del orden del 30% de sus ventas, aunque habría autorizado a sus concesionarios a comprarle a Marubeni.
Red de concesionarios
Otro de los flancos la japonesa tiene que atender en este período de instalación es su relación con la red de 35 concesionarios que comercializaban la marca bajo la representación de Marubeni.
Una fuente del sector explicó que para algunos de los distribuidores no habrían sido adecuadas las condiciones que Nissan estaría planteando, por ejemplo, en torno a los volúmenes mínimos que cada operador debe comercializar, en el marco del interés de la japonesa por repuntar su posición en el mercado, razón por la cual existe la posibilidad de que algunos de ellos abandonen la representación.
Sin embargo, habría otras automotoras que estarían en conversaciones con la asiática para vender la marca, razón por la cual Nissan aún no habría oficializado la que será su red de concesionarios.
