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El prestigio de Papá Noel

El sonido de los cascabeles y campanitas de una marca global.

Por: | Publicado: Martes 28 de diciembre de 2010 a las 05:00 hrs.
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Papá Noel debe existir. ¿Quién imaginaría hoy un personaje tan siniestro? Después de todo, es un hombre extraño, gordo, viejo y con barba que entra a los hogares por las chimeneas para dejar regalos a los niños.

Sin embargo, la noción de una bondadosa figura paternal que saluda una vez al año se mantiene en todo el mundo. Papá Noel perduró; surgió de la leyenda de San Nicolás y se convirtió en un tótem feliz y laico. Este no es un éxito accidental. Papá Noel comprende perfectamente los principios del branding global: identidad fuerte, propuesta de venta única y poder de los mercados abiertos.

Fue inteligente al establecer su marca temprano, sonando sus campanas en todos los medios de difusión. Santa Claus apareció en los villancicos del siglo XV, tuvo un papel especial en una obra de teatro escrita por Ben Jonson en el siglo XVII, y encontró un poderoso patrocinador en Charles Dickens, que elevó su talla en Cuento de Navidad. Trasladándose por la nieve, Papá Noel abarcó mercados sin reconocer fronteras mucho antes que Adam Smith. Sobrevivió a la muerte de las chimeneas y al avance de la calefacción central para seguir entregando presentes en todo el mundo. Y no se inmutó frente a los que no creen en él, lo mismo ocurre con Dios y el calentamiento global, por supuesto.

Para aquellos que aseguran que la globalización nos iguala a todos, Papá Noel vive la prueba de que no es así. Cada cultura lo interpreta distinto y ningún gobierno lo amordaza con estrictas regulaciones.

Sin embargo, al igual que muchas marcas, Santa Claus eligió su momento transformacional. En los años 30 una década poco alegre para muchos, apareció en un aviso publicitario de Coca-Cola. Antes vestía un arco iris de colores, pero desde entonces siempre está de rojo.

En una era obsesionada por la juventud, este caballero anciano aún tiene prestigio. Empleador de lo más diverso, incluye en sus contrataciones personal de todas las minorías. También ofrece largas vacaciones y oportunidades de viaje. Sin embargo, el techo de hielo está intacto; por lo que se sabe hasta ahora, no da empleo a ninguna mujer.

A diferencia de la mayoría de las celebridades, Papá Noel raciona sus apariciones. En cambio, mantiene el foco centrado implacablemente en su actividad central. Después de todo, no se trata de un simple paseo en trineo por el parque. Sólo habría que pensar en lo que él consume en Vísperas de Navidad. Y para el 26 de diciembre, había comido más de 1.000 toneladas de tarteletas de frutas y bebido más de 3 millones de litros de jerez (usado sobre todo para cocinar) sólo en el Reino Unido. Seguramente la cabeza le duele bastante al día siguiente, por lo que no es de extrañar que no vuelva a mostrarse en un año.

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