Las bolsas mundiales se tiñeron de rojo ayer, en lo que fue la última sesión de julio. ¿El motivo? La mayor incertidumbre sobre los mercados emergentes ante la crisis entre Rusia y Ucrania, la ola de conflictos en Gaza y ahora la cesación de pagos selectiva de Argentina, provocó que los inversionistas optaran por la cautela y salieran a tomar ganancias a nivel global.
De esta forma, todas las plazas europeas terminaron con pérdidas y con un mayor impacto para Madrid y Frankfurt, cuyos índices retrocedieron 2,10% y 1,94%, respectivamente.
De hecho, la plaza española anotó el peor rendimiento mensual entre las principales bolsas, al cerrar con una caída de 4,33%, superando al
CAC-40 de París, cuya caída en el mes fue de 4%.
El panorama no fue muy distinto en Wall Street, ya que el Dow Jones cerró con una baja de 1,88%, al tiempo que el S&P 500 cedió 2,09% y el Nasdaq lo hizo en 2%, cifra que borró las leves ganancias que los índices llegaron a acumular en julio.
Pese a esto, Sebastián Valdivieso, de Penta Markets, recuerda que los índices estadounidenses venían marcando máximos históricos desde hace varias semanas, por lo que un ajuste era esperable, sobre todo en un contexto de mayor inseguridad.
Así, añade que cuando los mercados emergentes en general se ven más débiles, los inversionistas aprovechan de tomar utilidades mientras esperan a ver cómo se resuelven los conflictos.
Reacción en Chile
El mercado bursátil local no logró escapar del pesimismo global y el IPSA terminó cediendo 0,79%, cerrando el mes con un plano desempeño (-0,01%). Y es que al panorama global se sumó el efecto de los débiles datos manufacturetros internos reportados el miércoles, y que afectaron principalmente a las acciones bancarias y del rubro construcción.
También se observó un castigo para empresas chilenas con presencia en Argentina, como el caso de Masisa, cuyos papeles perdieron 4,97%, mientras que los de Latam Airlines cayeron 1,95%, los de Endesa 1,64% y los de Cencosud cedieron 1,32%.
¿Cuál es el mayor temor? El impacto negativo que tendría en las empresas la depreciación del peso argentino.
Según un análisis realizado por BCI Estudios en enero -cuando se levantaron los controles de tipo de cambio en Argentina, y que consideraba una depreciación de 100% de la moneda argentina-, el impacto en la valorización de las empresas bajo su cobertura es acotado a nivel consolidado, pero divergente.
La entidad ratificó ayer los supuestos contenidos en el informe que indica que la empresa chilena con mayor impacto sería Masisa, con una baja de 9,5% en su valorización. Le sigue Andina (-6,4%), Latam (-4,2%), Cencosud (-3,8%), CMPC (-2,6%) CCU (-2,3%), entre las compañías más golpeadas.
Dólar sube $ 9 en julio y vuelve a niveles de marzo
La cotización del dólar continuó ayer su avance frente al peso chileno y se ubicó en su nivel más alto desde mediados de marzo pasado. Ello, en medio de un negativo panorama externo, sobre todo en la región, con los ojos puestos en Argentina que incumplió el plazo para negociar su deuda con los denominados "fondos buitre".
La divisa norteamericana avanzó ayer apenas 10 centavos y se transó en puntas de $ 572,1 comprador y $ 572,3 vendedor, pese a que llegó a cotizar en $ 574,7.
Dado lo anterior, el billete se ubicó en su nivel más alto desde el 13 marzo cuando se cotizó en $ 572,60 y acumuló un avance de $ 19,2 durante julio.
En el plano local, los analistas coinciden en que el tipo de cambio atraviesa por una marcada tendencia alcista y no descartan que que llegue a la zona de $ 600 este año.